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1ª Lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7 Los desterrados a Babilonia, que esperaban un rápido regreso a Israel, se encuentran faltos de ánimo y llenos de nostalgia. El tiempo pasa y la vuelta al hogar no llega. En este ambiente, el profeta predica el final del exilio y la reconstrucción de Israel. Asimismo, anuncia la misión que realizará el Siervo, el elegido. Escuchamos este hermoso anuncio.
La manifestación suprema de la bondad y del amor de Dios a los hombres es Cristo. Este amor, actuado por el Espíritu, nos hace nuevas criaturas y nos destina a la vida eterna. El apóstol Pedro, en el texto que vamos a escuchar, presenta a Jesús haciendo el bien y curando a los oprimidos. Lo acogemos.
El evangelista Marcos, con su relato del bautismo, pretende explicar quién era en realidad Jesús de Nazaret. Aquel que después bautizará con Espíritu, se presenta a ser bautizado con agua. Jesús se introduce en las aguas del Jordán, recogiendo así todo el pecado del mundo, toda la miseria de la condición humana. En esta experiencia, Dios le revela que es el Hijo amado, y ahí nace la misión por la que Jesús deja la esfera de su vida privada para dedicarse al anuncio del Reino. Acogemos el testimonio de este acontecimiento. | ||||||
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Tras renovar nuestro bautismo y los compromisos que en él contrajimos, oremos ahora al Padre-Madre de la vida, por mediación de su Hijo, el Resucitado. | ||||||
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NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana. (El padre del último bautizado en la comunidad presenta un recipiente con agua, que bien pudiera ser el calderillo litúrgico, que contiene el agua que ha sido bendecida por el presbítero de la comunidad en alguna ocasión anterior. Inmediatamente después de la ofrenda, quien preside la celebración rocía a todos los asistentes, en recuerdo de su bautismo. Mientras la aspersión se puede cantar alguna canción alusiva al bautismo, y si no se hace en silencio, aunque todos se ponen de pie)
(Tras la aspersión del agua bendita, la madre del último bautizado presenta unas cadenas. Después de la ofrenda, quien preside la celebración realiza el escrutinio de las renuncias bautismales. Para ello, toda la comunidad se pone de pie y responde: «Sí, renunciamos») Así, pues, ya que hoy habéis manifestado vuestro deseo de actualizar vuestro Bautismo, os pido que renovemos nuestras promesas bautismales, las que hicieron, un día, por nosotros nuestros padres y padrinos, renunciando a Satanás, a sus obras y seducciones. Por tanto, yo os pregunto: R/. Sí, renunciamos. ¿Renunciáis a sus obras, que son: R/. Sí, renunciamos. ¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser: R/ Sí, renunciamos. Pues ya que hemos renunciado a cuanto nos ata, manifestemos hoy, todos juntos y juntas y de forma comprometida, nuestra fe en Dios, diciendo:
(Sería interesante que lo pudiera ofrecer algún miembro de la Pastoral de los Bautismos)
(Se sugiere que lo pudiera ofrecer algún miembro de Cáritas o en la pastoral de la Marginación) | ||||||
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(Tras la presentación de las ofrendas, todos y todas de pie inician la oración de Acción de Gracias, en la que participan, diciendo: «TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO»). | ||||||
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Hermanos, hermanas: nuestra celebración termina y, con ella, este tiempo de Navidad. Pero todo lo que hemos recordado y celebrado en estos días nos deben impulsar a vivir en medio del mundo como verdaderos hijos e hijas de Dios y al servicio de todas las personas, con la vocación que cada uno y cada una hemos sido llamados y llamadas. ¡Que nuestra vida sea una LUZ para cuantos y cuantas la desean y la buscan! ¡Feliz semana de testimonio de nuestro Bautismo! | ||||||
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“Se abrió el cielo y se oyó la voz del Padre:
¡FELIZ CAMINO |
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