08 enero 2021

Ciclo B - Tiempo Ordinario1 - BAUTISMO del SEÑOR - 10 de enero - Año 2021

 

Monición de Entrada: MOTIVACIÓN

Hermanos, hermanas: bienvenidos y bienvenidas a la celebración de la Eucaristía.

Con la fiesta del BAUTISMO DEL SEÑOR terminan los días de la Navidad; es el fin de una vida silenciosa en Nazaret y el inicio de su vida pública. Jesús acudió al río Jordán donde Juan bautizaba.

También nosotros y nosotras hemos sido bautizados y bautizadas como Jesús. Hemos sido ungidos por el Espíritu para servir y hacer el bien, para continuar la obra liberadora de Jesús. Estamos necesitados y necesitadas de actualizar nuestro propio Bautismo, la gracia que hemos recibido en él, la exigencia que debemos de dar a nuestro compromiso cristiano.

Que esta celebración nos ayude a renovar nuestro Bautismo y a sentirnos queridos y queridas por Dios; a descubrir que somos llamados a vivir como hijos e hijas, y a salir de nuestro mundo cerrado para ir al encuentro de los demás. Éste es el testimonio del relato evangélico.

Iniciamos la celebración.

Moniciones a las lecturas

1ª Lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7

Los desterrados a Babilonia, que esperaban un rápido regreso a Israel, se encuentran faltos de ánimo y llenos de nostalgia. El tiempo pasa y la vuelta al hogar no llega. En este ambiente, el profeta predica el final del exilio y la reconstrucción de Israel. Asimismo, anuncia la misión que realizará el Siervo, el elegido. Escuchamos este hermoso anuncio.


2ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 10, 34-38

La manifestación suprema de la bondad y del amor de Dios a los hombres es Cristo. Este amor, actuado por el Espíritu, nos hace nuevas criaturas y nos destina a la vida eterna. El apóstol Pedro, en el texto que vamos a escuchar, presenta a Jesús haciendo el bien y curando a los oprimidos. Lo acogemos.


Evangelio: Marcos 1, 6b-11

El evangelista Marcos, con su relato del bautismo, pretende explicar quién era en realidad Jesús de Nazaret. Aquel que después bautizará con Espíritu, se presenta a ser bautizado con agua. Jesús se introduce en las aguas del Jordán, recogiendo así todo el pecado del mundo, toda la miseria de la condición humana. En esta experiencia, Dios le revela que es el Hijo amado, y ahí nace la misión por la que Jesús deja la esfera de su vida privada para dedicarse al anuncio del Reino. Acogemos el testimonio de este acontecimiento.

Oración de los fieles

Tras renovar nuestro bautismo y los compromisos que en él contrajimos, oremos ahora al Padre-Madre de la vida, por mediación de su Hijo, el Resucitado.

1.- Por la Iglesia extendida por todo el mundo, para que acoja en su seno a los nuevos hijos e hijas, y que anuncie sin miedo el bautismo de salvación, y esté dispuesta a defender la causa de los y de las pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Por cuantos hemos sido bautizados y bautizadas, para que renovemos nuestro compromiso cristiano, y seamos en la vida siempre buscadores de la verdad y del bien común. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.- Por los padres que piden el bautismo para sus hijos e hijas, para que descubran el compromiso que adquieren y sean buenos educadores en la fe. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.- Por la Paz en el mundo y en nuestro pueblo, para que los creyentes seamos capaces de ser sembradores y constructores de la paz que Tú nos ofreces. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.- Por los y las que nos hemos reunido en esta celebración, por nuestras comunidades religiosas, por los padres de familia, para que vivamos con gozo la vocación bautismal, y sepamos dar razón de la fe recibida. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Presentación de las ofrendas

NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.



PRESENTACIÓN DE UN RECIPIENTE CON AGUA

(El padre del último bautizado en la comunidad presenta un recipiente con agua, que bien pudiera ser el calderillo litúrgico, que contiene el agua que ha sido bendecida por el presbítero de la comunidad en alguna ocasión anterior. Inmediatamente después de la ofrenda, quien preside la celebración rocía a todos los asistentes, en recuerdo de su bautismo. Mientras la aspersión se puede cantar alguna canción alusiva al bautismo, y si no se hace en silencio, aunque todos se ponen de pie)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, hoy te ofrecemos tu agua. Fue bendecida, como un sacramental y para que todos nosotros y nosotras, al santiguarnos, recordáramos nuestro Bautismo. Hoy, recibida de Ti, te la traemos como nuestra mejor ofrenda. Queremos que, con tu bendición, nos fortalezcas para asumir y actualizar nuestros compromisos bautismales.


PRESENTACIÓN DE UNAS CADENAS

(Tras la aspersión del agua bendita, la madre del último bautizado presenta unas cadenas. Después de la ofrenda, quien preside la celebración realiza el escrutinio de las renuncias bautismales. Para ello, toda la comunidad se pone de pie y responde: «Sí, renunciamos»)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, si mi esposo te ha ofrecido el agua, símbolo de tu gracia y participación en la vida nueva del Resucitado, yo te traigo hoy unas cadenas, que son el signo de la liberación que has obrado en nosotros y en nosotras, rompiendo las cadenas del pecado que nos esclaviza y nos impide vivir la libertad de los hijos e hijas de Dios.

PRESIDENTE:

Así, pues, ya que hoy habéis manifestado vuestro deseo de actualizar vuestro Bautismo, os pido que renovemos nuestras promesas bautismales, las que hicieron, un día, por nosotros nuestros padres y padrinos, renunciando a Satanás, a sus obras y seducciones. Por tanto, yo os pregunto:

¿Renunciáis a Satanás, esto es:
al pecado, como negación de Dios;
al mal, como signo del pecado en el mundo;
al error, como ofuscación de la verdad;
a la violencia como contraria a la caridad;
al egoísmo, como falta de testimonio del amor?

R/. Sí, renunciamos.

PRESIDENTE:

¿Renunciáis a sus obras, que son:
las envidias y odios;
las perezas e indiferencias;
las cobardías y complejos;
las tristezas y desconfianzas;
las injusticias y favoritismos;
los materialismos y sensualidades;
las faltas de fe, de esperanza y de caridad?

R/. Sí, renunciamos.

PRESIDENTE:

¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser:
el creeros los mejores;
el veros superiores;
el estar muy seguros de vosotros mismos;
el creer que ya estáis convertidos del todo;
el quedaros en las cosas, medios, instituciones
métodos, reglamentos, y no ir a Dios?

R/ Sí, renunciamos.

PRESIDENTE:

Pues ya que hemos renunciado a cuanto nos ata, manifestemos hoy, todos juntos y juntas y de forma comprometida, nuestra fe en Dios, diciendo:
Creo en Dios, Padre todopoderoso...


PRESENTACIÓN DE LA LUZ

(Sería interesante que lo pudiera ofrecer algún miembro de la Pastoral de los Bautismos)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, en nombre de cuantos y de cuantas estamos reunidos/as, yo te ofrezco hoy esta luz, que la queremos unir a las que lucen sobre la mesa del altar. Ella es el símbolo del efecto del bautismo en nosotros y nosotras y de nuestro compromiso. La ha prendido tu Hijo Resucitado, que es quien ilumina nuestro corazón, y quiere que nosotros y nosotras, con nuestras palabras y nuestra vida, seamos luz que alumbra las tinieblas del mundo. No permitas nunca, Señor, que seamos opacos para los y las demás.


PRESENTACIÓN DE UN PEQUEÑO RECIPIENTE CON ACEITE

(Se sugiere que lo pudiera ofrecer algún miembro de Cáritas o en la pastoral de la Marginación)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor, te ofrezco, también en nombre de todos y de todas, este pequeño recipiente de aceite. En otro tiempo se usó como bálsamo y medicina para las heridas. Por eso, hoy nosotros y nosotras te lo ofrecemos como signo de nuestro compromiso en la lucha en favor de cuantos sienten y viven una necesidad. Haznos sensibles, Señor, a todas ellas, y no permitas que nos crucemos de brazos ante ningún problema de los hombres y de las mujeres.

Prefacio

(Tras la presentación de las ofrendas, todos y todas de pie inician la oración de Acción de Gracias, en la que participan, diciendo: «TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO»).

Bendito, alabado y glorificado
seas, Señor Jesús,
Hijo amado del Padre,
que no ahorraste nada en tu entrega,
obediente a la Palabra de Dios
buscando siempre su voluntad,
para mostrarnos lo mucho que nos quería
y ofrecernos su salvación.
R/. "TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO".

Nosotros y nosotras estábamos como ovejas sin pastor,
tras nuestra decisión de romper la amistad con Dios
y encerrarnos en nosotros mismos, en nosotras mismas.
Por tu entrega en la cruz,
rompiste la tela de araña del pecado,
que nos enredaba en nuestro egoísmo
y nos abriste de nuevo la puerta de tu amor.
R/. "TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO".

Llegado el tiempo,
tu Padre cumplió las promesas
y quiso que nacieras de una Virgen.
Y sólo, unos cuantos pobres,
con unos Magos venidos de Oriente,
te reconocieron como el Mesías e Hijo de Dios
sobre las pajas del pesebre de Belén.
R/. "TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO".

Y, cuando ibas a emprender tu definitiva misión,
para la que el Padre te había enviado,
acudiste al Jordán, como uno más de tu pueblo,
para que Juan te bautizara con agua.
Él te reconoció como el Cordero de Dios
y se oyó una voz del cielo:
“Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”,
mientras recibías la unción del Espíritu.
R/. "TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO".

Nosotros y nosotras, Señor,
hemos sido bautizados y bautizadas
en el mismo agua y con el mismo Espíritu,
para formar parte de tu familia,
y, desde ti, poder llamar a Dios Padre.
Ahora caminamos en medio de la historia,
haciéndote presente en el mundo
y siendo signos de que el amor de Dios no ha terminado.
Por eso, hoy te pedimos, Señor Jesús,
que los hombres y las mujeres descubran en tu Iglesia a tu familia,
que nuestras palabras sean eco de tu salvación
y que nuestras vidas sean compromiso liberador.
R/. "TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, EL AMADO, EL PREDILECTO".

Monición de Despedida

Hermanos, hermanas: nuestra celebración termina y, con ella, este tiempo de Navidad. Pero todo lo que hemos recordado y celebrado en estos días nos deben impulsar a vivir en medio del mundo como verdaderos hijos e hijas de Dios y al servicio de todas las personas, con la vocación que cada uno y cada una hemos sido llamados y llamadas. ¡Que nuestra vida sea una LUZ para cuantos y cuantas la desean y la buscan! ¡Feliz semana de testimonio de nuestro Bautismo!

Reflexión para este día

“Se abrió el cielo y se oyó la voz del Padre:
Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”





Estos días de Navidad hemos contemplado al “Dios-con-nosotros”. Ésta es nuestra garantía y nuestra seguridad. Esto hemos celebrado: DIOS CAMINA CON NOSOTROS y CON NOSOTRAS. ¡Estupendo todo lo vivido!

Pero… ¿quiénes le reconocen y le aceptan? ¡Curioso!: son los pastores, la gente sencilla, los marginados y marginadas de aquella sociedad. ¿Será que ellos y ellas no tienen a nadie y, por eso, acogen a cualquiera…? Fueron también unos Magos, venidos de Oriente quienes le encuentran y le adoran (éstos son los considerados “paganos” o los “no-religiosos” por los jefes de su pueblo).

En este domingo, y para terminar este tiempo de la Navidad, es DIOS MISMO el que nos va a presentar a este Jesús“Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo”. Es, pues, una invitación a ACOGERLE, a ESCUCHARLE, porque es el único que sabe el camino hacia Dios. ¡Casi nada! ¡No podemos desaprovechar la oportunidad!

Y con este domingo, iniciamos la andadura a través del TIEMPO ORDINARIO: Éste, que es bautizado en el Jordán, nos irá enseñando, ­con sus palabras y con sus obras, el VERDADERO CAMINO. ¡Preparémonos!

¡FELIZ CAMINO
tras las HUELLAS de JESÚS!

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