Este último domingo de Adviento huele ya a Navidad y María nos enseña cuál es el mejor modo de prepararnos para celebrar esa fiesta. Antes de que la Palabra se encarnase en su seno se había ya encarnado en su corazón. Por eso supo decir “sí”. Su respuesta puede ayudarnos a revisar nuestras actitudes en este tiempo en el que el Señor viene. Así tendremos preparada la cuna esta Navidad.
- La encarnación del Hijo de Dios por obra del Espíritu es uno de los misterios que profesamos en el credo. ¿Cómo me ayuda a entenderlo la lectura de este pasaje?
- “Hágase en mí según tu palabra”, rezamos en el ángelus. ¿A qué me compromete el “sí” de María? ¿Hasta qué punto consiento, como ella, que la Palabra de Dios transforme mi vida?
- La Virgen es modelo de esperanza porque se fió de Dios para el cual “nada hay imposible”. ¿Cómo puede ayudarnos su ejemplo a vivir anclados en esta virtud?
María también es maestra de oración. Con ella y cómo ella le pedimos al Padre que nos prepare para recibir a su hijo Jesús.
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