20 diciembre 2019

Para la catequesis: Domingo IV de Adviento

IV Domingo de Adviento
22 de diciembre 2019
Isaías 7, 10-14; Salmo 23; Romanos 1,1-7; Mateo 1, 18-24
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo.”
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

Reflexión
¡¡Ya faltan muy pocos días para la Navidad!! Y hoy el evangelio nos habla de un hombre llamado José. ¿Quién era José? Era un carpintero, descendiente del Rey David, un varón justo, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. ¿Cómo se sintió José al saber que su prometida esperaba un hijo? José amaba mucho a María, pero al descubrir su embarazo se siente desconcertado, pues aún no vivían juntos. ¿Qué decía la ley judía sobre estos casos? José podía denunciar a María por adulterio y ella podría morir. ¿Qué hace José? José era justo y sabía que María era inocente y buena. Así que decide guardar silencio y dejar todo en manos de Dios. Dios escuchó su ruego y le habló en un sueño en el que le dice que no tema en tomar por esposa a María. Gracias a esta libre decisión de José, en el que acepta ser padre de un hijo que no era suyo, sino de Dios, en Navidad celebramos el nacimiento de Jesús, el niño Dios. Y nosotros en este adviento…… ¿He reservado algún momento del día para la oración? ¿He sabido dejar mis ocupaciones y preocupaciones en manos de Dios? Imitemos el ejemplo de José, oremos y pidamos a Dios que nos llene de fe para abrir nuestro corazón. Dios quiere que recibamos a Jesús con un corazón alegre, limpio, y deseoso de recibirlo.

Actividad
Completar la actividad de la próxima página, para descubrir más sobre este evangelio.
Oración
Dios mío ayúdame a aceptar dócilmente tus planes, quiero imitar a San José, respondiendo siempre a lo que me pidas. Enséñame a superar mis miedos e inseguridades dejando todo en tus manos y mantenme siempre unido a Ti por medio de la Oración. Ayúdame a ser justo, prudente y bueno. Quiero que nazcas en mi corazón y permanezcas por siempre conmigo. Amén.

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