09 agosto 2019

Para fijarnos en el evangelio Domingo XVIII de Tiempo Ordinario

• Los vv. 33-34 nos sitúan en el mismo tema. Igual mente lo percibimos cuando Jesús nos dice: “no temas” (32). Jesús añade la razón porla que podemos estar dispuestos a darlo todo, a compartirlo todo, sin “temor”: “vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino” (32).
* No es aquí (32) el único lugar del Evangelio según Lucas en que se dice que “el Reino se da”a los discípulos: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios (Lc 8,10);Yo os transmito el Reino, como me lo transmitió mi Padre a mi (Lc 22,29). Otro evangelista, Mateo, lo pone en labios de Jesús cuando explica la parábola del juicio, donde queda muy claro qué quiere decir ser discípulo y, por tanto, ser heredero del Reino (Mt 25,34).

• El “rebaño” (32) es una imagen bíblica clásica para representar a Israel (Ez 34). Aquí Jesús la usa para hablar de los discípulos, el nuevo Israel.
* En otros lugares del Nuevo Testamento también hallamos esta imagen aplicada a la Iglesia, a la misión de los pastores de la Iglesia de Dios, que deben tener cuidado del rebaño que el Espíritu Santo les ha confiado (Hch 20,28).
• Lucas, tanto en el Evangelio como en el libro de los Hechos, insiste en el valor de la “limosna” (33), la importancia de dar los bienes a los pobres.
* Por ejemplo: dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo (Lc 11,41); vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, que Dios será tu riqueza (Lc 18,22); la mitad de mis bienes, Señor; se la doy a los pobres (Lc 19,8); esa viuda, que es pobre, ha echado más que nadie (Lc 2 1,1.4); una discípula llamada Tabita… hacia infinidad de obras buenas y de limosnas (Hch 9,36); Dios ha escuchado tu oración y tiene presentes tus limosnas (Hch 10,31). (bien se puede ver Hch 11,29;24,17).
• “Haceos un tesoro inagotable en el cielo” (33): Jesús insiste, una y otra vez, en decir cuál es la vida que vale la pena, como se expresaba en el texto del domingo pasado (Lc 12,13-21).
* Es un tema repetido en el Nuevo Testamento: Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben (Mt 6,20); Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro corazón y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego (Sant 5,2-3). Es un tema que se vincula con el del “corazón” (34): Mateo nos dice que donde está tu tesoro, allí está tu corazón (Mt 6,21); y san Pablo dice que hay que “aspirar”, es decir, poner el corazón allí donde está el Resucitado: Ya que habéis resucitado con Cristo… aspirad a los bienes de arriba (Col 3,1-2).
* “Tener ceñida la cintura” (cf. Ex 12.11; 2Re 4,29) era la manera como llevaban el vestido los que trabajaban o bien tenían que emprender un viaje. La imagen de las “lámparas encendidas” expresa también la idea de estar a punto de prestar un servicio (aparece igualmente en Lc 8,16 y 11,33).
• Jesús habla de si mismo, al mismo tiempo, como del “señor” (37) y del que “va sirviendo” a los criados (37).
* San Juan lo dice, no en parábola, sino narrando los hechos en la Última Cena: se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido …/…Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy (Jn 13,4-5.13).
• Vale la pena destacar la Bienaventuranza que pronuncia Jesús tres veces en este texto:“dichosos” (37,38) y “dichoso” (43).
* Lucas menciona muchas Bienaventuranzas, generalmente en boca de Jesús: son dichosos los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los que son odiados por causa de Jesús (Lc 6,20-23),el que no rechaza a Jesús (Lc 7,23), los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen (Lc 11,28),los discípulos que ven lo que Dios realiza y revela a través de Jesús (Lc 10,23), el que invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos, que por ello comerá en el banquete del Reino de Dios (Lc 14,14-15). Pero también Isabel (Lc 1,45) y una mujer anónima (Lc 11,27) lo dicen de María, la Madre deJesús, por ser quien acogió la Palabra y nos la ha dado. También el Magníficat dice que todas las generaciones felicitarán a María, es decir, la pro- clamarán feliz o dichosa (Lc 1,48).
• La pregunta de Pedro (41) indica que Jesús se dirige a los Doce (48), a los que tienen responsabilidades en la Iglesia, sobre todo en lo que dice como respuesta (42-48).
• Nos puede sorprender el “condenándolo” (46)tan contundente que usa Jesús. Estamos en una parábola —tampoco Cristo glorioso es un “ladrón” (39), pero esta imagen indica eficazmente que nadie sabe el momento de su venida definitiva (40)—. El “condenándolo” es muy eficaz para decir que no estar alerta y dejarse seducir por la riqueza (Lc 12,15) es perder la vida (Lc 12,21).

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