MONICIONES
Inicial.
El Señor nos reúne de nuevo en el domingo, para celebrar la Eucaristía y se hace presente en medio de nosotros.
Jesús nos dirá hoy muy claro, que si queremos ser sus discípulos, hemos de aceptar la voluntad de Dios, y cargar cada uno con su cruz. Pero cargar con la cruz no quiere decir ir a buscarla, sino cargar con firmeza las cruces que la vida se encarga de poner sobre nuestra espalda. Sólo así podremos salvar la vida. Si no pasamos por la experiencia de la cruz, como Jesús, no podremos llegar a una resurrección como la suya.
Nos ponemos ante Él para que acompañe nuestro caminar.
Primera Lectura.
Al profeta Jeremías le resulta muy dura la llamada de Dios y nos dice unas palabras angustiadas. Pero cuando la Palabra de Dios cala en nosotros, nada nos puede separar de ella.
Segunda Lectura.
San Pablo nos invita a vivir como Dios espera de nosotros. Si hacemos de nuestra vida una ofrenda a Dios, aprenderemos a descubrir su voluntad.
Evangelio.
Con frecuencia, los criterios del mundo están alejados de los designios de Dios. Pedro, que el pasado domingo era elegido cabeza de la Iglesia, hoy es llamado Satanás al intentar apartar la cruz de la vida.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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