MONICIÓN DE ENTRADA
Os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía dominical. La celebración de hoy se engrandece muy especialmente por esa pregunta que Jesús hace siempre a todo quien le sigue: “¿Y que soy yo para ti?" En fin que en este Domingo XII del Tiempo Ordinario vamos a aprender que todas las lecturas tienen presente al Mesías. En la primera Zacarías profetiza sobre la pasión de Cristo. En la segunda Pablo habla de que todos estamos incorporados a Cristo y en el Evangelio de Lucas, Pedro profetiza, también y a su modo, anunciando que Jesús de Nazaret es el Mesías. Cristo está con nosotros y para con nosotros. Cristo nos salva. Iniciemos con alegría nuestra Asamblea de hermanos que se quieren…
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El fragmento de la profecía de Zacarías nos relata el sufrimiento de Cristo en la Cruz por nuestra salvación. Es impresionante ver como en los textos del Antiguo Testamento se perfila, perfectamente, lo que después –muchos siglos después—será nuestra salvación.
S.- Salmo de enorme contenido místico es muy apropiado para el conjunto de las lecturas de hoy. Algunos expertos que, al dar la autoría del Salmo 62 a David, ven su inspiración en la revuelta de Absalón contra el poder real. Pero lo que más nos interesa es ese canto profundo y fuerte que busca a Dios con gran sed, con necesidad física.
2.- San Pablo en el fragmento de la Carta a los Gálatas que vamos a leer hoy nos muestra la unidad de todos –judíos y griegos—en torno a la persona de Cristo. Todos somos uno en Cristo y es lo que el Bautismo impera en nosotros: la unidad con Jesús y para siempre.
3.- Jesús hace a sus apóstoles una pregunta personal y directa. Y a nosotros también. Nos pregunta que pensamos de Él, quién es Él. Pedro gracias a la gracia de Dios confiesa que Jesús es el Mesías. Hemos de reflexionar calmadamente, tal vez, luego en nuestras casas, sobre que es Cristo para nosotros. En la respuesta estará el inicio de una gran transformación.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Dispongámonos a escuchar con atención la plegaria que el padre Javier Leoz nos presenta para estos momentos finales de nuestra Eucaristía
QUE SEAS PARA MI, SEÑOR
Ilusión que me empuje a trabajar por tu Reino
Fe que me ayude a sentirte siempre presente
Esperanza que me anime en el desaliento
Amor que haga desplegar lo mejor de mí mismo
Ayúdame, Señor, en este Año de la Misericordia
a descubrir este tesoro que llevo entre manos.
Un tesoro que, tal vez por el paso del tiempo,
no lo veo con claridad o hasta lo he olvidado.
Un tesoro, la fe, que por mis falsas seguridades
digo conocerlo cuando, en realidad, vivo muy lejos.
Amén.
Exhortación de despedida
esús nos acompaña en nuestro camino. Sabemos que es Camino, Verdad y Vida. Y sabemos –Él nos lo deja muy claro—que va estar junto a nosotros hasta el final de los tiempos. Son razones más que suficientes para salir felices del templo tras nuestra Eucaristía…
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