JESÚS, ALEGRÍA DEL MUNDO
Comenzamos los domingos del Tiempo Ordinario que en el Ciclo C sigue el evangelio de Lucas. Sin embargo, este domingo es excepción pues se trata del evangelio de Juan que va insertándose, en diversas ocasiones, entre los evangelios sinópticos de los tres Ciclos, para completar así la presentación litúrgica de los cuatro evangelios.
Pero cae muy bien este evangelio de Juan al comienzo del Tiempo ordinario. Es como un anuncio inaugural de todo el itinerario de Jesús: «Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en Él» (Jn 2,11).
El “signo” que realiza Jesús, empujado por su Madre María, presente desde el principio, es la transformación del “agua” en “vino”, el vino «que recrea el corazón del hombre» (Salmo 104,15). La misma Escritura lo describe así, como hecho para la alegría. El “agua” de la Ley, insípida, aburrida y seca, Jesús la transforma el alegre vino de la Nueva Ley de Jesús, la “ley” interior inscrita en el corazón, pero llevada a plenitud por la libertad y la misericordia del Espíritu.
Éste es el signo que queremos subrayar hoy en la liturgia, desde la mesa desnuda de un altar vacío hasta el estallido de una mesa bien dispuesta y oreada en la que el vino tiene hoy un sentido especial.
Monición
Al comenzar la Eucaristía
La mesa del altar hoy está desnuda y vacía. A partir de hoy, en el Tiempo Ordinario que inauguramos, acompañaremos la vida, las palabras y los signos de Jesús al hilo de nuestra misma vida ordinaria. La llegada de Jesús, tras el bautismo, irrumpe en medio de un pueblo guiado por la Ley y sus mandatos, sin apenas otro apoyo que el esfuerzo, la voluntad y los méritos ante Dios. La Ley del Antiguo Testamento ha vuelto difícil, dura y triste la vida de Alianza con Dios. Y muchos son los excluidos de la mesa del banquete del Padre. Por eso hoy, al comenzar la Eucaristía, la mesa del altar está vacía, desnuda, con el mismo vacío de la Ley Antigua. De esta manera esperamos hoy, ansiosamente, la presencia de Jesús en medio de nosotros.
En la presentación de las ofrendas
Con Jesús, el agua de la Ley, el agua de las purificaciones, se transforma en el Vino de la nueva Alianza, el Vino de la libertad, el amor, la misericordia, la justicia y la alegría. La mesa se llena de nuevos comensales, sacados de la exclusión. El pueblo ya no es una tierra abandonada ni devastada sino como una joven a la que el esposo recibe con la alegría de las bodas. Por eso vamos ahora a poner la mesa del altar llenándolo de color, de luz y de alegría.
Ponemos ahora la mesa del altar: mantel, ores rojas, luces, etc., y todo lo necesario para celebrar la Eucaristía. Se traen también las ofrendas, especialmente el vino, que se trae en un bello recipiente transparente que se derramará de modo bien visible en el cáliz, mientras se lee –o se escucha- este poema:
Si señor, si señor, el vino puede sacar
cosas que el hombre se calla,
que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.Va buscando pecho adentro
por los silencios del alma
y los va poniendo voces,
y los va haciendo palabras.
cosas que el hombre se calla,
que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.Va buscando pecho adentro
por los silencios del alma
y los va poniendo voces,
y los va haciendo palabras.
A veces, saca una pena,
que por ser pena es amarga,
Sobre su palco de fuego
la pone a bailar descalza.
Baila, y bailando se crece…..
hasta que le vino se acaba.
Entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.
que por ser pena es amarga,
Sobre su palco de fuego
la pone a bailar descalza.
Baila, y bailando se crece…..
hasta que le vino se acaba.
Entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.
Si señor, el vino puede sacar
cosas que el hombre se calla
Cosas que hieren por dentro,
cosas que pudren el almade los que bajan los ojos
y que esconden la mirada.
cosas que el hombre se calla
Cosas que hieren por dentro,
cosas que pudren el almade los que bajan los ojos
y que esconden la mirada.
Libera entonces el vino
la valentía encerrada
y los disfraza de machos
como por arte de magia.
Entonces son… ¡bravucones!
hasta que el vino se acaba,pues del matón al cobarde
solo media, la resaca.
la valentía encerrada
y los disfraza de machos
como por arte de magia.
Entonces son… ¡bravucones!
hasta que el vino se acaba,pues del matón al cobarde
solo media, la resaca.
Si señor, si señor, el vino puede
sacar cosas que el hombre se calla
Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.
sacar cosas que el hombre se calla
Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.
La impura, se siente pura
como cuando era muchacha,
y el astado regatea
la medida de su drama.
Y los tiñe de colores
de castidad simulada
pues siempre acaban el vino
los dos en la misma cama.
como cuando era muchacha,
y el astado regatea
la medida de su drama.
Y los tiñe de colores
de castidad simulada
pues siempre acaban el vino
los dos en la misma cama.
Pero… ¡que lindo es el vino!,
el que se bebe en la casa
del que esta limpio por dentro
y tiene brillando el alma,que nunca le tiembla el pulso
cuando pulsa una guitarra.
Y no le faltan amigos
ni noches para gastarlas.
Que. cuando tiene una culpa,
siempre se nota en su cara
Que bebe el vino por vino,y bebe el agua…. ¡por agua!
el que se bebe en la casa
del que esta limpio por dentro
y tiene brillando el alma,que nunca le tiembla el pulso
cuando pulsa una guitarra.
Y no le faltan amigos
ni noches para gastarlas.
Que. cuando tiene una culpa,
siempre se nota en su cara
Que bebe el vino por vino,y bebe el agua…. ¡por agua!
Monición
De esta manera, no solo en Caná, sino en la última cena, Jesús tomó el vino, junto con el pan, y le dio un nuevo nombre: el nombre de la Alianza, de la nueva Alianza. El vino de su sangre entregada, que es el vino del amor hasta el extremo. El pan y el vino, como sencilla comida de los pobres que ahora com- partimos convertido en el cuerpo de Cristo que inunda nuestras vidas.
La comunión, este día, puede ofrecerse bajo las dos especies. Y al acabar la Eucaristía puede invitarse a todo el mundo, en un lugar aparte, a tomar juntos un vino y unas “tapas”.
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