30 noviembre 2015

Primera semana de Adviento

gotas
Motivación
De nuevo comenzamos el ADVIENTO, la preparación de la llegada del Señor en la Navidad. Esta venida es símbolo de su llegada definitiva al final de los tiempos.
Siempre, pero sobre todo en este tiempo, Dios nos invita a vivir en ESPERANZA. La ESPERANZA de los cristianos es una gran fuerza que nos hace desear el proyecto de liberación de Jesús; este proyecto se concreta en la JUSTICIA, el RESPETO A LA PERSONA, el AMOR entre los hermanos, en tener a DIOS COMO PADRE… pero ¡VIGILAD!; todas estas cosas no pueden ser sólo un proyecto humano, ni tampoco se consiguen en un día; por esto hay que estar DESPIERTOS y EN PIE: vigilantes, sabiendo que el Señor viene para todos aquellos que esperan con amor su venida, su auténtica liberación.
El Señor quiere venir a nosotros, por eso no podemos estar despistados, durmiendo, desprevenidos.
Él siempre cumple su promesa, y nosotros podemos y debemos contribuir con nuestra vida a que se realice.

La Palabra de Dios
Cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel. Jeremías 33, 14-16
La esperanza cristiana se confunde con el amor. 1 Tesalonicenses 3, 12-4,2
Se acerca vuestra liberación. Lucas 21, 25-28
Ambientación y gestos
+ La corona de Adviento. Un niño llevará un cirio encendido con el que prenderá el primero de los cuatro cirios de la “corona” exclamando con voz clara: ¡VIGILAD! Dispongámonos a acoger la lluvia de la Palabra de Dios.
+ En las ofrendas se puede presentar una Biblia (cerrada, con el gesto de abrirla) un paraguas (abierto, con el gesto de cerrarlo).
+ Colocar el dibujo de esta semana y siluetas de “gotas” con los compromisos de esta semana (viviendo alguna de las obras de misericordia).
gotas
Oración
Señor, sabemos que cuando llueve,
las gotas de lluvia producen un musical sonido,
que nos habla de frescor, de vida…

las gotas se estrellan sobre la tierra,
y empapándola producen la vida y los frutos.
La lluvia es como Tú.
Se parece a Ti: se da, cae sobre la tierra,
la llena, le da vida, la hace crecer, riega los campos.
Eso eres Tú, Dios, en este Adviento:
Alguien que viene a empaparnos de su presencia,
de su amor, de su misericordia.
Ayúdanos, Señor,
a estar vigilantes esperando tu lluvia.
En este adviento,
en este año de misericordia,
enséñanos a desear tu venida

y a estar abiertos para acoger todos tus dones.
Gracias, Señor.

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