04 marzo 2014

Moniciones para el 1º Domingo de Cuaresma, 9 marzo

MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid nuestras más fraterna bienvenida a la Eucaristía del Primer Domingo de Cuaresma. Jesús impulsado por el Espíritu va al desierto. Allí será tentado, como cualquier otro hombre o mujer, como cualquiera de nosotros. La tentación forma parte de nuestras vidas, aunque lo importante es no caer.
Hemos iniciado el pasado miércoles –el Miércoles de Ceniza—esta Cuaresma 2014, que nos llevará a la contemplación de los misterios más sublimes de nuestra Fe: la Muerte y Resurrección del Señor. Sepamos aprovechar este tiempo de mejora y conversión. Iniciemos, por tanto, con la máxima esperanza nuestra Eucaristía.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El relato, bello y entrañable, del pecado del Edén nos va a llegar a lo más hondo. Esta sacado del Libro del Génesis y es nuestra primer lectura. La tentación del árbol trajo la muerte al género humano. Adán y Eva perdieron su vida de casi dioses por querer ser Dios mismo.
2.- Pablo cuenta en la segunda lectura, sacada de la Carta a los Romanos, la realidad entre Adán, que nos perdió y Cristo que nos ha salvado. Y como todas las cosas del Apóstol de los Gentiles, San Pablo crea con maestría la doctrina del nuevo Adán, del Salvador del Pueblo de Dios.
S.- El Salmo 50 –que también se proclamó en la Misa del Miércoles de Ceniza—ha sido durante muchos siglos el salmo penitencial por excelencia. Es el “Misirere” latino. Pero también para los judíos tenía se sentido penitencial. Está cerca de muchos profetas y, sobre todo, de Jeremías. Tras confesar con humildad el pecado, se recibe en seguida la curación del Señor, el Perdón de Dios. Es uno de los salmos más bellos del salterio.
3.- El Evangelio de San Mateo es casi un guión cinematográfico del episodio de las tentaciones de Cristo. Es de una belleza formidable. Jesús fue tentado como lo han sido, son y serán todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Pero se trata de no escuchar al Tentador y solo aceptar el camino y misión que Dios nos ha marcado.

MONICIÓN
Como de costumbre el padre Leoz ha escrito para nosotros esta oración para el final de nuestra eucaristía
¡APÁRTAME, SEÑOR!
  • Llévame a un lugar donde pueda estar conmigo mismo
  • Donde Tú puedas habitar conmigo
  • En el que, cara a cara, puedas colocar a Dios
  • con la misma fuerza, que Tú lo tienes clavado en tu corazón.
  • ¡Apártame, Señor!
  • Porque tengo miedo a dejarme llevar
  • por la corriente del “todo vale”
  • Porque tengo miedo a perder de vista
  • el horizonte la bandera de la Pascua ondea
  • Porque, simplemente Señor,
  • pocos me hablan de Ti…y muchos dicen no conocerte
  • ¡Apártame, y llévame a ti, Señor!

Exhortación de Despedida
La Cuaresma nos lleva a la Pascua y la noche bautismal es una de las celebraciones más importantes e intensas del ritual católico. Ojalá podamos llegar a ella limpios de alma y de corazón y llenos de esperanza.

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