La liturgia de este sexto domingo del Tiempo Ordinario nos presenta una enseñanza fundamental sobre la vida cristiana: la bienaventuranza de quienes confían en el Señor y la advertencia para aquellos que ponen su seguridad en el mundo. Las lecturas nos invitan a examinar en qué o en quién estamos depositando nuestra confianza y qué camino estamos siguiendo en nuestra vida.
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