Monición de entrada
Esta fiesta antes se celebraba el último domingo de octubre, desde el año 1925 en que la instituyó el papa Pío XI. Pero en la reforma de Pablo VI, el 1969, se trasladó, de muy buen acuerdo, al último domingo del año cristiano, el domingo 34 del Tiempo Ordinario.
Nuestra mirada a Jesús como Rey del Universo, ahora con un tono claramente escatológico, mirando al futuro de la historia, debe guiarse sobre todo por los textos de lecturas, oraciones y cantos, que nos ayudan a entrar en el misterio de esta fiesta y ver nuestra historia como un proceso del Reino que se está gestando y madurando hasta el final de los tiempos.
Celebremos a Cristo Rey del Universo con la alegría que una fiesta tan grande merece. De pie, cantemos.
Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
La realeza de Jesucristo es el tema central en las lecturas de este domingo. El profeta Daniel, tras asistir a la caída de los imperios, observa que Dios entrega el poder universal a un personaje divino y humano al mismo tiempo al que denomina Hijo de hombre. La comunidad joánica reconoce en este personaje a Jesús, el “soberano de los reyes de la tierra”, el “testigo fidedigno”, que confiesa su realeza ante Pilato.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Dn 7, 13-14)
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PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 7, 13-14
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palara de Dios.
Monición al salmo responsorial (Sal 92)
El salmo 92 hace eco de la primera lectura. Con el salmista reconocemos el poderío y el reinado de nuestro Dios diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5
R. El Señor reina, vestido de majestad.
Monición a la segunda lectura (Apocalipsis 1, 5-8)
Del prólogo del Apocalipsis escucharemos hoy las afirmaciones más netamente cristológicas, con las que se alaba su obra salvífica y se afirma su triunfo universal. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5-8
Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra.
Aquel que nos amó, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Mirad: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén.
Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso».
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Juan 18, 33b-37)
No leemos hoy ningún pasaje del «evangelista del año, Marcos», porque no hay en él ninguna página expresiva de la realeza de Cristo, y por eso se ha elegido el diálogo de Jesús con Pilato, que nos relata el Evangelio de San Juan. Preparemos la escucha de esta palabra, cantando el aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 18, 33b-37
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
—«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
—«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
—«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
—«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
—«Conque, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
—«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Al Señor Jesús, que desde el trono real de la cruz reina y juzga al mundo, dirijamos nuestra humilde oración y con fe aclamemos todos: «Venga a nosotros tu Reino, Señor»
- Por la Santa Iglesia, para que unida a Cristo. rey de la paz, exprese a la luz del Evangelio la justicia nueva que Él ha promulgado desde la cruz. Roguemos al Señor.
- Por quienes gobiernan las naciones, especialmente por los de nuestro país, para que Cristo, Rey del Universo, les conceda al poder de ejercer el dominio en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados. Roguemos al Señor.
- Por todos los alejados de la fe y por todos los que aun no conocen al Señor, para que cada corazón acoja el Reino de amor de Dios. Roguemos al Señor.
- Por todos los que sufren en el mundo, especialmente por aquellos que han tenido que abandonar sus lugares de origen por causa de la violencia y las guerras, para que Dios les permita encontrar un lugar seguro y un techo donde vivir. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que, dóciles a la escucha obediente de la Palabra, seamos testigos valientes y constructores del Reino que Jesús ha venido a traer. Roguemos al Señor.
Presentación de las Ofrendas
Con alegría presentemos hoy los dones de Pan y Vino, para que Cristo, Rey del Universo, los transforme en su cuerpo y su sangre, que nos dará vida eterna.
Comunión
«El Señor Reinará eternamente; Él bendecirá a su pueblo con la paz». A le mesa del Rey Universal vamos cantando a comer el Pan de la Vida, el alimento del Reino de Jesús.
Final
Con la alegría de haber participado de esta gran solemnidad y dispuestos a permitirle a Jesús que sea realmente el Rey de nuestra vida, nos retiramos a nuestros hogares.
Que Dios nos acompañe durante esta semana y nos permita reunirnos nuevamente el próximo domingo, para iniciar un nuevo ciclo litúrgico.
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