ENTRADA
Bienvenidos, hermanos y hermanas, a la eucaristía del día del Señor.
Jesús quiere sanar, hoy, a todos los enfermos de la lepra del pecado e incorporarlos a la vida de la comunidad.
La medicina que nos ofrece Jesús es su perdón generoso y total. No desconfíen nunca de su amor.
Celebremos con gozo la fiesta del Señor. Somos un pueblo sanado y redimido.
Entonemos el canto de entrada.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Los leprosos en Israel sufrían una doble maldición: la de la enfermedad y la separación de la familia y del culto.
Jesús vino a eliminar toda separación. Sólo su amor reúne y plenifica.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Pablo nos exhorta a imitar a Cristo y a aceptar y querer a todos.
Pablo edifica el cuerpo de Cristo y acepta a todos los que se someten a su ley del amor.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
MONICIÓN AL EVANGELIO
En la curación del leproso, Jesús muestra su poder y su compasión por los que la gente rechaza por su enfermedad o su pecado.
Jesús toca al leproso y lo devuelve al mundo de los vivos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos por la Iglesia que formamos todos para que sin miedos toquemos con amor a todos los marginados y necesitados.
Oremos por los enfermos del sida y todos los marcados como peligrosos para que sepamos acogerlos como lo hizo Jesús.
Oremos por los gobernantes de las naciones para que respeten a todos, incluidos los no nacidos.
Oremos por los enfermos de nuestra comunidad para que sientan el amor de Dios y el nuestro.
Oremos por los difuntos de nuestra parroquia y (nombres…) para que gocen de la vida eterna en el cielo.
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