Entrada: La liturgia de este domingo nos confirma que Dios sigue siendo el cercano, y su proyecto salvador continúa, y su poder curativo sigue manifestándose, aunque también nos invitan a que colaboremos nosotros con nuestro esfuerzo para vencer al mal en todos los órdenes.Iniciamos también la semana por la paz en nuestra arquidiócesis, pidamos al Señor príncipe de la paz que nos conceda la gracia de ser instrumentos de la paz y la reconciliación en Colombia. Celebremos con Fe.
Lecturas: Hoy el Señor nos habla a cada uno de nosotros y viene a ofrecernos una palabra gozosa, liberadora y llena de esperanza. Escuchémosla con mucha atención.
Ofrendas: Junto al pan y al vino presentemos nuestro deseo sincero de ser coherentes en nuestra vida de cristianos comprometidos.
Comunión: "Jesús proclamaba el Evangelio del reino, curando las dolencias del pueblo". En el Pan que hoy comeremos también sigue obrando con poder, con su presencia real. Acerquémonos con fe y devoción a comulgar.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Queridos hermanos, con esta oración queremos expresarle a Dios que, cuando dos o más se reúnen en su nombre y piden una gracia, Él la concederá. Oremos juntos, diciendo: Que tu Palabra Señor sea luz para nuestras vidas.
- Por la Iglesia, para que siga anunciando el Evangelio por todo el mundo, a pesar de que éste no lo quiera oír. Roguemos al Señor.
- Por los gobernantes de las naciones, para que abran sus oídos y escuchen el clamor de los más necesitados y atiendan sus demandas. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos, especialmente los que padecen sordera espiritual, para que en este día Dios pueda abrir sus oídos y se abran a la escucha del mensaje de salvación. Roguemos al Señor.
- Para que nuestro país, superados los horrores de la violencia y de la guerra, alcancemos la paz y tengamos un futuro de tranquilidad y bienestar. Roguemos al Señor.
- Para que nosotros, que celebramos los santos misterios, seamos dignos de saludarnos mutuamente en la paz y vivamos siempre unidos con los lazos del amor. Roguemos al Señor.
Danos, Señor, un corazón sensato, para saber escucharte, y crea en nosotros un espíritu nuevo para dejarnos corregir y saber corregir a nuestros hermanos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
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