04 julio 2020

La misa del domingo: misa con niños


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DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO

 

SALUDO

Dios nuestro Padre, que en Jesús nos llena de alivio y de consuelo, y la fuerza de su Espíritu que nos ayuda a trabajar buscando su Reino, estén con todos nosotros.

ENTRADA

La propuesta de Jesús siempre nos desmonta las seguridades humanas, y nos deja desnudos en medio de la sociedad en que vivimos, cuyo mensaje en bien poco se parece al de Jesús. Lo de Jesús es una llamada a la vida plena, a la pobre­za, la mansedumbre y la humildad. Pero, ¿cómo anunciar hoy que la Fuerza está en la debilidad? ¿Se cree alguien este mensaje?, es más ¿lo creemos nosotros mis­mos? Muchas veces parece que no, y que los cristianos y la Iglesia nos apunta­mos los primeros al prestigio, al reconocimiento social, al poder. Y mientras tanto los elegidos del Padre, los humildes, los pequeños, los pobres…, malviven dentro de los círculos del abandono y la pobreza. Sin embargo, una y otra vez, llega a nosotros el Mensaje de Jesús, destinado a todos, a llegar “hasta los confines de la tierra”, porque Su Amor no tiene límite.

Que el Espíritu Santo habite en nosotros, vivifique nuestro ser y actuar y nos haga mejores seguidores de Aquel que, para mostrar la fuerza del amor, acep­tó incluso la Cruz.

ACTO PENITENCIAL

Al comienzo de la celebración reconocemos todo lo que hacemos mal y pedi­mos al Señor su perdón:

  • Llamados a crear fraternidad y paz, vivimos encerrados en nosotros mismos, recelando de quienes piensan diferente. SEÑOR, TEN PIEDAD.
  • Llamados a vivir con el Espíritu, confiamos más en nuestras fuerzas, planes y logros. CRISTO, TEN PIEDAD.
  • Llamados a vivir en sencillez y en pobreza, pactamos con los grandes y con la injusticia. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración: En tu bondad, Señor, perdónanos y danos tu gracia. Por Jesucristo nues­tro Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que nos llamas a vivir confiando en tu Amor y a llevar tu mensaje salvador a todas las personas; al celebrar esta Eucaristía te pedimos que nos ayudes a acoger tu Espíritu y a vivir implicados en la lle­gada de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA PROFÉTICA

La voz del profeta, la voz del mismo Dios, es una llamada continua a la ale­aría, a la fiesta, al gozo. “Alégrttc, hija de Síón; canta, hija de Jcrusalén”, porque el rey de Israel, pese a toda apariencia, tiene su fuerza en la humildad y en cl ser­vicio. Un rey que trae la par a todas las naciones, cuyo dominio se extiende “de mar a mar”.

 

LECTURA APOSTÓLICA

Estamos invitados a vivir en Dios, en el Espíritu. No como una imposición, sino como fruto del Amor del Padre que quiere que todos tengamos vida plena y feliz. Para vivir en esta dinámica de Amor tan sólo se nos pide. estar abiertos al Espíritu, que nos da Vida.

LECTURA EVANGÉLICA

Jesús da gracias a Dios Padre. La acción de gracias tiene en su base cl reve­lar las cosas importantes a los pequeños, a los que presumiblemente son incapa­ces de comprender: ¡por fin, un Dios que hace protagonistas a quienes nunca lo son!.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Presentemos nuestras plegarias al Padre, por toda la Iglesia, por toda la humanidad, y por nosotros mismos. Oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

  1. Por la Iglesia, llamada a mostrar la paz y la bondad de Dios a todos los hombres y mujeres de la tierra. OREMOS:
  2. Por las vocaciones al presbiterado, al diaconado, a la vida religiosa y a la vida monástica. OREMOS:
  3. Por los que están de vacaciones, y por todos aquellos que quisieran hacer vacaciones y no pueden. OREMOS:
  4. Por los enfermos. OREMOS:
  5. Por los que están pasando por momentos difíciles en su vida. OREMOS:
  6. Por nosotros, y por nuestros familiares y amigos. OREMOS:

Escucha, Padre, nuestras plegarias. Jesús, tu Hijo nos ha mostrado tu gran amor. Derrama ese amor sobre nosotros, sobre la Iglesia, sobre el mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, estos dones que te presentamos; que ellos se conviertan para nosotros en alimento de vida, que nos animen a trabajar cada día por conseguir que tu Reino esté cada vez más presente entre nosotros. Por Jesucristo.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario reconocerte como nuestro Padre. Tu Reino, tu entrega sin condiciones en Jesús, van siempre por delante, invitándonos a una vida nueva, según el Espíritu, que nos haga cada vez más humanos y más hermanos.

Tú nos enseñas que vivir según tu Reino está reservado a los sencillos de corazón, y que en Ti podemos encontrar descanso y alivio. Confiando en tu pala­bra, que nunca falla, te queremos reconocer como quien de verdad eres, diciendo: Santo, Santo, Santo…

ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, porque nos has permitido celebrar junto a Ti y a los hermanos esta fiesta de la Eucaristía; haz que sepamos corresponder a tu Amor con el nuestro, y con la vida puesta al servicio de quienes más lo necesitan. Por Jesucristo.

DESPEDIDA

El reto de Jesús es claro e inequívoco: perder la vida o ganarla; y tener mucho cuidado que es fácil equivocarse. Leamos cualquier periódico, el de hoy mismo, y veamos cuanta gente, pretendiendo alcanzar la vida, hayan la muerte: drogas, asesinatos,. robos, interminables horas perdidas, desazón, infelicidad, angustia, amargura… Hay que pedirle a Dios que nos permita descubrir que sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y seguir luego por ese camino, dando testimonio de nuestro decubrimiento y ayudando a los hombres a que encuentren todos la verdadera vida, no la muerte.

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