Mientras cada persona piensa en sí misma,
desde el momento de nacer
hasta el de expirar,
Tú nos invitas a pensar en el otro primero,
a servirle, a entregarnos,
a anteponerlo a uno.
desde el momento de nacer
hasta el de expirar,
Tú nos invitas a pensar en el otro primero,
a servirle, a entregarnos,
a anteponerlo a uno.
Todos tenemos en el fondo,
deseos de ser el primero,
pero Tú cambias nuestras tendencias más profundas,
proponiéndonos que el otro
sea antes que yo,
y sus necesidades antes que las mías.
deseos de ser el primero,
pero Tú cambias nuestras tendencias más profundas,
proponiéndonos que el otro
sea antes que yo,
y sus necesidades antes que las mías.
Tú, Señor, revolucionas el mundo,
cambias nuestra forma de ser
y nos convences de que así, sirviendo,
es como uno consigue ser feliz…
cambias nuestra forma de ser
y nos convences de que así, sirviendo,
es como uno consigue ser feliz…
Es de locos seguirte, Señor,
es ir contracorriente,
es dejarse uno, a un lado,
para preferir al otro, siempre…
es ir contracorriente,
es dejarse uno, a un lado,
para preferir al otro, siempre…
Pero cuando uno vive así, sirviendo,
a tu manera, uno encuentra sosiego en el alma,
y la vida se convierte
en una apasionante historia
de Amor y de servicio, de familiaridad universal.
a tu manera, uno encuentra sosiego en el alma,
y la vida se convierte
en una apasionante historia
de Amor y de servicio, de familiaridad universal.
Cuando uno ama a todos,
se deja afectar el corazón por el hermano,
y se duele de las injusticias y abusos de los otros,
siente que se le derrite el corazón de Amor.
se deja afectar el corazón por el hermano,
y se duele de las injusticias y abusos de los otros,
siente que se le derrite el corazón de Amor.
Aquí me tienes, Señor,
hoy te ofrezco mi cuerpo,
mi persona entera,
mi agenda, mis ilusiones,
mi libertad y mis sueños.
Hazme el último, el de todos,
el tuyo… yo en Ti, Señor.
hoy te ofrezco mi cuerpo,
mi persona entera,
mi agenda, mis ilusiones,
mi libertad y mis sueños.
Hazme el último, el de todos,
el tuyo… yo en Ti, Señor.
Mari Patxi Ayerra
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