21 septiembre 2018

Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

Salieron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que se supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo mata- rán y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero ellos no entendían estas palabras y no se atrevían a preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: «¿Qué discutíais por el camino?». Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido sobre quién entre ellos sería el más grande.
Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos». Tomó en sus brazos a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «El que acoge a uno de estos pequeños en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado a mí».
Marcos 9, 30-37

Comentario del Evangelio
Lo nuestro es servir a los demás, es hacer por los demás lo que a veces no es lo que más me gusta, sino lo que más necesitan las personas que lo están pasando mal.
El que quiera ser el primero, que sea el último, nos dice Jesús. No lo puede decir más claro. Debemos darnos cuenta que vivimos en un mundo donde hay demasiadas personas que tienen problemas, que pasan hambre, que no son libres, que están tristes…
Nosotros estamos llamados a estar con esas personas y a hacer lo posible para que puedan ser felices. Eso lo tenemos que hacer de manera individual en nuestra vida y también todos juntos como Iglesia.

Para hacer vida el Evangelio
• ¿Alguna vez has hecho algo bueno por los demás? Seguro que si. Escríbelo a continuación…
• ¿Podemos los cristianos pasar de los problemas de las personas? ¿Por qué tenemos que ayudar a las personas que tienen problemas?
• Escribe un compromiso que te ayude a estar pendiente de los problemas de las personas y puedas así ayudarles.
Oración
Mientras cada persona piensa en sí misma,
desde el momento de nacer

hasta el de expirar,
Tú nos invitas a pensar en el otro primero,
a servirle, a entregarnos,

a anteponerlo a uno.
Todos tenemos en el fondo,
deseos de ser el primero,
pero Tú cambias nuestras tendencias más profundas,
proponiéndonos que el otro

sea antes que yo,
y sus necesidades antes que las mías.
Tú, Señor, revolucionas el mundo,
cambias nuestra forma de ser

y nos convences de que así, sirviendo,
es como uno consigue ser feliz…

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