Querida amiga, querido amigo: Seguramente estés pensando dónde ir estas vacaciones: playa, montaña, el pueblo de tus padres, turismo de interior, viaje al extranjero… O puede ser que por motivos económicos o “de codos” no te quede más remedio que quedarte en casa… Bien, lo importante no es tanto dónde vas a ir de veraneo, sino qué vas a hacer y con quién vas a pasar tus vacaciones…
Hace más de dos mil años a Jesús le ocurrió una situación muy parecida y optó por…
Bueno, sigue leyendo y no olvides que de tu decisión dependerá vivir un verano de ensueño o, por el contrario, “unas vacaciones de pena.”
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:– Venid vosotros solos a un lugar solitario, para descansar un poco.Porque eran tantos los que iban y venían, que no tenían ni tiempo para comer.Se fueron en la barca, ellos solos, a un lugar despoblado. Pero los vieron marchar y muchos los reconocieron y corrieron allá, a pie, de todos los pueblos, llegando incluso antes que ellos…
Muy parecida a la situación que te puede estar ocurriendo a ti… Después de un curso estudiando, “aguantando” las broncas de tus padres, los consejos, a veces pesadísimos, de tus profesores y catequistas, después de todo un curso “enclaustrado” tres fines de semana al mes por los dichosos estudios…, llega el merecido descanso. Al igual que a Jesús y a sus discípulos te puede suceder (si observas con los ojos del corazón) que hay gente que acude a ti y que te necesita…
Ahora, amiga, amigo, vienen las diversas opciones:
• Es mi tiempo de descanso, que me lo he ganado y con creces; lo siento, id a molestar a otro, no me compliquéis las vacaciones.
• No os preocupéis: hay instituciones que no cierran por vacaciones; acudid a ellas; ah, y agradecedme que os haya informado.
• Esperad unos días a que regrese de mi descanso; voy a consultar la agenda, ahora os doy día y hora.
• Hay otras muchas más opciones en las que, de forma delicada o más bien brusca, “echamos balones fuera.” Piensa, si es tu caso, en la que sueles utilizar para con tus hermanos.
Y ahora viene la opción de Jesús:
Al desembarcar, vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas…
Amiga, amigo, te invito a elegir la opción del Señor que, durante este verano de 2016, puede ser la siguiente:
• Al ver a tantos hermanos necesitados de cariño, de respeto, de amistad, sentiste verdadero amor por ellos y, sin flotador y en una más que peligrosa bandera roja, te lanzaste a echarles una mano, sumergiéndote en lo más profundo de sus corazones… ¿El resultado? Un verano maravilloso, unas vacaciones inolvidables… ¿La causa? ¡Apostar de lleno por el Señor!
J. M. de Palazuelo
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