25 febrero 2016

Domingo III de Cuaresma: Comentario Domingo III de Cuaresma

Oración
Señor Jesús:
Suscita en nuestros corazones una profunda sed del agua viva que eres Tú: calma y sacia nuestra sed. Haz que nos desengañemos de toda otra agua que no sacia el corazón humano.
Despierta en cada uno de nosotros lo mejor que anida en lo más hondo de nosotros, como en la samaritana.
Y concédenos adorarte a Ti y a tu Padre “en espíritu y en verdad” en todas las cosas.

Lc 13, 1-9
«1En aquel mismo momento llegaron algunos contándole lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. 2Y, respondiendo, les dijo: “¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? 3No, os digo; pero si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. 4O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más deudores que todos los habitantes de Jerusalén? 5No, os digo; pero si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo”.
6Y les dijo esta parábola: “Alguien tenía plantada una higuera en su viña, y fue buscando fruto en ella, y no lo encontró. 7Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala: ¿para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?’. 8Pero él, respondiendo, le dice: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, 9por si hace fruto en adelante; y si no da, la cortarás’”».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
El evangelio de hoy forma parte de la sección del camino de Jesús a Jerusalén, en un momento en que tanto el personaje (Jesús) como su misión crean una especial disensión, incluso entre los miembros de una misma familia (Lc 12,49-53), lo que exige un particular esfuerzo para interpretar acertadamente los signos de los tiempos (12,54-59). Este tema tiene continuación con la primera parte de nuestro evangelio (13,1-5). A nuestro evangelio sigue la curación en sábado de una mujer encorvada (13,10- 17) y más enseñanzas de Jesús sobre el proyecto del Reino (13,18-21), una actividad salvadora que encuentra eco también en la segunda parte del evangelio de hoy (13,6-9). Invitación a la penitencia, conversión de corazón, sabiduría para interpretar lo que pasa, confianza en un Dios paciente y deseoso de nuestra salvación son aspectos relevantes del texto y del contexto.

TEXTO
Este evangelio podemos estructurarlo en dos partes: A) la primera parte (vv. 1-5) recuerda dos hechos desgraciados. Ante ellos, Jesús por una parte rechaza o corrige una mala interpretación (la muerte como castigo por el pecado), y por otra aprovecha para hacer una llamada a la conversión. B) La segunda parte (vv. 6-9) explicita la llamada a la conversión en el hecho de dar frutos, pero, a la vez, nos presenta la categoría de la paciencia de Dios (o de Jesús) y su empeño por facilitarnos la tarea de fructificar.

ELEMENTOS A DESTACAR
• “En aquel mismo momento”: el texto evangélico comienza interpelándonos para vivir integrados en el tiempo que nos toca, en las circunstancias que nos rodean, en los retos que nos estimulan o nos asustan. Una invitación a afrontar las cosas de la vida de cara.
• Juzgar la realidad, cuando ésta es trágica, puede llevarnos al error de pensar en “castigos divinos”. Esta interpretación es rechazada por Jesús. Esos “signos de los tiempos” deben servir para rastrear la presencia de Dios y los trazos de su voluntad, y para mirarnos por dentro, como una llamada a examinar nuestras vidas. Jesús, gran Maestro, aprovecha la oportunidad para llevar a sus interlocutores al arrepentimiento y a la conversión de corazón. Del “lamento por…” a la “oportunidad para…”: ¿qué nos sugiere este giro?
• La parábola presenta dos personajes contrapuestos en torno a una higuera “vaga”. Uno quiere cortarla, otro quiere darle una nueva oportunidad. El personaje paciente y compasivo es el que lleva “la voz cantante” y, a la postre, es el principal y se compromete a hacer todo lo posible para que la higuera dé frutos (Dios mismo o Jesús siempre dispuesto a llamar a las personas al arrepentimiento y a cambiar su corazón.
 Estos personajes, tratados desigualmente en el texto, son un espejo para nosotros: ¿con quién nos identificamos más? ¿quién nos sirve de ejemplo? ¿Somos conscientes de que nuestras “prisas” para con los demás suelen coincidir con nuestra “paciencia” con nosotros mismos? Pero la prisa debe estar en nuestro empeño por tratar de ayudar a los otros; y la paciencia en nuestro trato con los demás.
• Si nos vemos representados en la higuera, ¿cuáles crees que son los frutos que se te piden hoy, aquí, ahora?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario