08 junio 2014

Guión Litúrgico 1. Santísima Trinidad 15 junio

La Santísima Trinidad
Introducción

Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo, dice Jesús que, por otra parte, es la revelación palpitante del Padre: Quien me ve a mí, ve al Padre que me envió: ya que él y yo somos una misma cosa, en la unidad del Espíritu Santo... ¡Un Dios maravillosamente único, en tres Personas maravillosamente distintas... Es el Misterio que hoy nos congrega para contemplar, adorar y celebrar. Por eso, comencemos cantando:...

Saludo inicial

Exactamente: un Dios maravillosamente único en tres Personas maravillosamente distintas!... Es él quien hoy nos congrega para ayudarnos a conocerlo más, para darnos a gozar de su bondad infinita, para inundar nuestra vida con su gracia y misericordia, para iluminarnos con su sabiduría, para entusiasmarnos en crecer y madurar a su imagen y semejanza, para enfervorizar nuestro corazón en su amor y para hacernos más familia de Jesús en su Iglesia, para robustecer nuestra fe y nuestra esperanza en lo que viviremos con él eternamente en el cielo... Por todo esto, comencemos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Que la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo el Señor, en la unidad del Espíritu Santo, estén siempre con cada uno de ustedes...
Acto penitencial

Un Dios maravilloso... ante el cual descubrimos nuestra pequeñez y miseria. Y es él quien las ve antes que nosotros y se abaja paternalmente a cada uno y nos dice como a aquel paralítico: ¡Animo hijo, yo te perdono y te rehabilito, levántate y anda, y nunca te sueltes de mi mano!...
- Porque sabiendo que si algo somos y podemos es porque nuestro Creador y Padre pensó en nosotros y nos predestinó a ser como su Hijo
Jesús... pero fácilmente lo olvidamos y prestamos más atención a las tentaciones...
Dios Padre, ten piedad de nosotros...
- Porque viendo nuestra situación, el Verbo eterno de Dios asumió nuestra humanidad para rescatarnos de nuestro pecado... pero nuestro dolor de los pecados y arrepentimiento no alcanza muchas veces a convertirnos de verdad...
Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros...

- Porque el Espíritu Santo vive en nosotros ayudándonos a crecer y madurar en la fe, la esperanza y el amor a Dios y los prójimos... pero sucede que nuestra correspondencia a su gracia no está a la altura de su poderosa fuerza santificadora...
Espíritu Santo de Dios, ten piedad de nosotros...
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos de la vida eterna. Amén

Liturgia de la Palabra

·         Primera lectura (Éx 34, 4b-6. 8-9): Moisés reconoce nuestra miseria humana ante un Dios clemente y comprensivo, paciente, misericordioso y fiel.
Salmo ([Sal] Dn 3, 52- 56): A ti, eternamente, gloria y honor.
Segunda lectura (2Cor 13, 11-13): Pablo exhorta a los fieles de Corinto a vivir en caridad fraterna y ruega al Señor para que siempre las proteja.
Evangelio (Jn 3, 16-18): Jesús declara a Nicodemo la grandiosidad del amor del Padre al darnos a su Hijo muy amado como Salvador.
Oraciones de los fieles

Desde siempre el Señor nos amó y predestinó a vivir con Cristo, por él y en él en la gloria de Dios Padre...
¿Podría haber mejor destino? Pidamos ser dignos de tanto amor y corresponder a él con toda el alma y la vida. Repitamos cantando:
¡Oh Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
   Porque Dios nos creó y ¡él nos hizo y somos suyos, ovejas de su rebaño!, alegrémonos todos en él...
   Un santo afirma que: Nacidos de un Dios-Amor, él nos puso en este mundo para que aprendiéramos a vivir en el amor...
   Y como dice el canto, con su fuerza omnipotente “nosotros venceremos sobre el odio con amor, ¡algún día será... nosotros venceremos!”...
   Y eternamente cantaremos con toda felicidad al Dios que con decidido amor venció la cruz, el sepulcro y la muerte y en Cristo nos da vida para siempre...
Oremos con san Francisco de Asís:¡Señor nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo!... mi Dios y mi todo. Sólo tú haces maravillas. Tú eres fuerte y grande. Tú eres el Altísimo Todopoderoso, Padre Santo, Rey de cielos y tierra. Tú eres Uno y Trino a la vez, sumo y único Bien, totalmente Bien, ¡Señor Dios, vivo y verdadero!... Amén.


Presentación de las ofrendas


Somos un regalo viviente de un Dios que con toda su divina alegría y omnipotencia nos dio la vida, la fe, el amor y la esperanza del cielo eterno en su regazo de Padre, con su Hijo amado y al calor del Espíritu Santo... ¿y cómo agradecer tanta infinita bondad?... Jesús nos enseña cómo: Hagan esto siempre, en memoria mía... y nosotros tomamos pan y vino y lo presentamos sobre el altar para que él los convierta en su Cuerpo y Sangre como ofrenda al Padre y alimento de nosotros, sus hermanos...
Cantemos:....
Comunión

Quien regala una pala ¿no se sentirá agradecido ver preparar con ella un almácigo? Así es Dios, quiere que con sus regalos produzcamos
frutos de amor y justicia, de reconciliación y de paz... Y Jesús, que ahora se nos regala como alimento de vida eterna ¿cómo espera se lo agradezcamos? ¿Sólo con cantos y plegarias o con obras de bien y de verdad? Pensémoslo al comulgar su Cuerpo y Sangre sacramentados.
Acerquémonos cantando:...
 Despedida y bendición final

La Misa no termina aquí en el templo, ahora la empezamos a vivir, porque en torno al altar adoramos
al Dios uno y trino, escuchamos su Palabra, dimos gracias y pedimos favores, nos realimentamos con sus Sacramentos... ahora volvemos a las tareas diarias pero con renovada mentalidad y entusiasmo. ¡Que así sea hasta el domingo que viene!...
Y que el Señor nos bendiga, nos proteja y acompañe, tenga piedad y nos muestre su rostro, nos mire siempre con amor y nos conceda su paz.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros y permanezca para siempre. Amén.

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