18 mayo 2014

Guión Litúrgico IV-VI Domingo de Pascua 25 mayo

25 DE MAYO DE 2014                                                          
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio – Pascua

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Jesús está entre nosotros, Él vive hoy y su espíritu a todos da.  Jesús razón de nuestra vida, es el Señor, nos reúne en pueblo de amor.

Cambia nuestras vidas con tu fuerza.  Guárdanos por siempre en tu presencia.  Tú eres verdad, tú eres la paz. 


SALUDO  Y MONICIÓN.

ASPERSIÓN DEL AGUA.
Canto:
Un sólo Señor, una sola fe, un sólo bautismo, un sólo Dios y Padre.

Llamados a guardar la unidad del Espíritu, por el vínculo de la paz.  Cantamos y  proclamamos.

GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 8, 5-8. 14-17.

En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo.  El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban.  La ciudad se llenó de alegría.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús.  Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
                                     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 65.   
Antífona: Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria.  Decid a Dios: “¡Qué temibles son tus obras!”

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre.  Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.

Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río.  Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente.

Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré los que ha hecho conmigo.  Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor.   

SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro 3, 15-18.

Queridos hermanos:
Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todos el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.
Porque también Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.  Como era hombre, lo mataron; pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.  
                        PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: El que me ama guardará mi palabra –dice el Señor-, y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 14, 15-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.  Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad.  El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré.  Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo.  Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros.  El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.”  
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En tus manos divinas de Padre hemos puesto, Señor, nuestro mundo.

Estos brazos que elevan alegres las ofrendas de vino y de pan.

Nuestro mundo camino hacia el cielo, nuestras almas hambrientas de Ti.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:  
Todos unidos, formando un solo cuerpo, un pueblo que en la Pascua nació. Miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió. Él nos empuja, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios.

Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz para las sombras, Iglesia peregrina de Dios.

Rugen tormentas, y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría: Presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, él viene con nosotros, Iglesia peregrina de Dios.

Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en la misma comunión. Todos viviendo en una misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos prendidos en una misma suerte, ligados a la misma salvación. Somos un cuerpo, y Cristo es la cabeza, Iglesia peregrina de Dios.  

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
-Oración Jornada del Enfermo-
Tú, Padre, nos has amado tanto, lo hemos experimentado a lo largo de la Historia: en Egipto, en Israel, en la Cruz, en nuestras vidas.

A veces la enfermedad pretende arrebatarnos esta increíble experiencia, otras veces, es la ocasión para vivirla.

También hoy sigo sintiendo tu Amor, en tantos acontecimientos, en tantas experiencias, en tantas personas.

Un amor que no me deja indiferente: me empuja también a mí a Amar, a amar en dos direcciones: a Ti y al hermano.

Dame tu Espíritu, Señor, para amar siempre como Tú: mirar como Tú, servir como Tú, entregarme como Tú.  Con los enfermos, pero también cuando a mi me toque la enfermedad o el sufrimiento.

Que tu Amor me contagie y penetre, para llegar a decir también yo: “ya no soy yo, es Cristo quien ama en mí”.

Gracias, Señor, por tu Amor, gracias por tu Caridad.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto:
¡Que resplandor que luz recién amanecida¡ ¡Resucitó Jesús y nos llama a la vida!

Caminad al viento de la fe, sembrando de ilusión vuestro sendero: viviendo del amor.  No temáis que Cristo nos salvó; la muerte ya no hiere a sus amigos, Jesús resucitó.  No temáis que Cristo nos salvó; la muerte ya no hiere a sus amigos, Jesús resucitó.

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