18 mayo 2014

Guión Litúrgico 1-VI Domingo de Pascua 25 mayo

6º domingo de pascua

Introducción

Jesús resucitado va acostumbrando a los suyos a una presencia más espiritual y sobrenatural que física y sensible, si bien ellos lo ven, lo tocan y escuchan, comen con él, los abraza como antes, pero… también desaparece de su vista aunque ellos continúan constatando su presencia… ¡es que su Espíritu no los abandona!... como tampoco nos abandona a nosotros, sino que ahora mismo nos congrega en torno a su altar…

Cantemos todos…

Saludo inicial y bienvenida

Hermanos: Jesús vive resucitado en cada uno de nosotros y ahora nos congrega a celebrar esa su presencia activa en todo aquel que se abre a su Espíritu y se deja modelar a su imagen y semejanza… por eso:
Que Jesús resucitado, que en este primer día de la semana nos congrega para hacer presente y celebrar su acción santificadora en nosotros, que nos conduce y acompaña permanentemente por el camino de su Evangelio, nos sostiene en las dificultades, nos hace ver y corrige nuestros desvíos, que nos alienta en nuestros desánimos y fortalece nuestros esfuerzos, esté ahora y siempre con cada uno de ustedes…

Acto penitencial

Jesús resucitado nos conduce por el bien y también corrige nuestros desvíos… Que él nos ayude a reconocerlos y a pedir perdón a su divina bondad, como así también a quienes hayamos ofendido con nuestras actitudes…
A cada mención respondamos:¡Ten piedad, Señor, y ayudanos a corregirnos!

De nuestro orgullo y soberbia que nos alejan de ti y nos dividen y enfrentan entre hermanos…
- De nuestro egoísmo, que ya se han hecho costumbre y forma de pensar y obrar y tanto nos cuesta liberarnos y cambiar…
- De nuestros rencores que alimentan deseos de venganza y nos incapacitan para el perdón, la reconciliación y la paz…
- De creernos con derecho a ver y criticar defectos y pecados ajenos comportándonos sin escrúpulo como fariseos irreprochables…
- De nuestras infidelidades a compromisos y juramentos ante Dios que desacreditan ante el mundo nuestra fe cristiana…


Dios todopoderoso tenga misericordia y perdone nuestros pecados, nos ayude a corregirnos y nos conduzca a la vida eterna. Amén.

Liturgia de la Palabra

Primera lectura (Hech 8, 5-8. 14-17): Felipe va a predicar a Samaría, allí se forma una primera comunidad cristiana, confirmada luego por la imposición de manos de Pedro y Juan.

Salmo (Sal 65, 1-3a. 4-7a. 16. 20): El salmo convoca a todos a alabar y bendecir a Dios por sus maravillas a favor de los hombres. Decimos juntos: ¡Aclame al Señor toda la tierra!

Segunda lectura(1Ped 3, 15-18): Pedro exhorta a los cristianos de Asia a permanecer fieles al Señor testimoniando la fe con su buena conducta, aunque por ello deban sufrir contrariedades.

Evangelio (Juan 14, 15-21): Ante su próxima vuelta al Padre, Jesús promete a los suyos no sólo dejarles su Espíritu sino la inhabitación de su Padre y de él mismo en aquel que lo ama y cumple sus mandamientos.

Oración de los fieles

    La resurrección de Cristo inicia una nueva etapa en su misión redentora: su Espíritu animará a los discípulos, congregados en su Iglesia hasta el confín de la tierra y de los siglos, a ser luz del mundo, sal de la tierra y levadura de nueva humanidad. Oremos para que así sea, repitiendo después de cada intención: 
¡Ayudanos, Señor, a ser instrumentos de paz y bien!
Porque el pecado nos vuelve huérfanos de verdad y amor, de justicia y esperanza, y sólo tú eres el todo absoluto de nuestra insignificante nada. Oremos.
Porque hoy los hombres buscamos la felicidad acaparando y abundando en bienes temporales y materiales. Oremos.
Derrama tu Espíritu en abundancia, Señor, en la Iglesia y así, unidos a cuantos trabajan en bien de la humanidad, logremos todos un mundo nuevo y mejor. Oremos.
Premia, Señor, con eterna felicidad a quienes se desvivieron por la reconciliación y el perdón, la solidaridad y el progreso integral de hombres y pueblos. Oremos.
Oremos: Señor Dios, que por boca de Jesús prometiste no dejarnos huérfanos sino que nos aseguraste venir a habitar en quien te ama y cumple tu voluntad, danos, por el camino del amor y la obediencia, ser morada digna de ti, Padre, con tu amado Hijo Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo, de aquí a la eternidad. Amén.




Presentación de las ofrendas

     Dios se brinda sin reserva alguna en favor de sus creaturas con todo su amor … y nos capacita para que podamos responderle de la misma manera, aceptando gozoso, como ofrenda nuestra, cuanto de él recibimos y podamos devolverle. Presentémosle ahora nuestra ofrenda de pan y vino y presentémonos nosotros mismos como una ofrenda viva en su honor…Cantemos…

Comunión 

Todo lo puedo en Cristo, decía Pablo, porque para Dios nada bueno es imposible, le dijo Gabriel a María… y Jesús mismo nos advierte: sin mi nada bueno podrán hacer y, para que podamos llegar con él más lejos de lo que imaginamos, ahora nos realimenta con su Cuerpo y Sangre... con la felicidad que todo esto nos da:
Acerquémonos a comulgar cantando…

Despedida y bendición final 

Jesús se quedó con nosotros más que cuando andaba por Palestina: se quedó en nuestros altares y sagrarios, se quedó en su palabra vivificadora, en los sacramentos que nutren la vida cristiana, que nos fortalecen en la lucha diaria…
Que el Señor nos bendiga y nos proteja. Amén;
tenga piedad y nos muestre su rostro. Amén;
nos mire siempre con amor y nos conceda su paz. Amén;
que la bendición de Dios Todopoderoso X, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros y permanezca para siempre. Amén.

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