23 junio 2016

Domingo 26 de junio: Moniciones 1



MONICIÓN DE ENTRADA

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía. Es la primera de este verano en el hemisferio norte... Y la primera del invierno en el hemisferio sur. Y en este Domingo XIII del Tiempo Ordinario, Jesús, por encima del tiempo y del espacio, nos va a explicar las condiciones de su seguimiento. No son fáciles. Pide renuncia y sacrificio. Pide exclusividad. Hay que olvidarse de todo lo que este mundo construye para evitar la implantación del Reino de Dios. Él asegurará, que su yugo es suave y su carga ligera… pero existe el yugo y hay que hacer sitio en nuestra espalda para una carga tan preciosa. El Evangelio de Lucas de hoy es una lección importante y definitiva de lo que significa seguir al Maestro de Nazaret. Será nuestro gran hallazgo del día de hoy, con calor o frío.






MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La petición divina de seguimiento total se refleja en Eliseo quien decide seguir a Elías dejándolo todo, tal como nos narra el Libro Primero de los Reyes, que es nuestra primera lectura. Dios no quiere ser compartido con nadie. Dios nos pide que le acompañemos sin pensar en nada más.

S.- Este salmo 15 era para los judíos de tiempo de Jesús una oración personal, para rezar en la intimidad. El salmista expresa una adhesión apasionada a Dios sin tener en cuenta los falsos dioses que aparecen en el mundo y que nos encadenan. Para nosotros es lo mismo. Hemos de preferir a Dios y olvidar a nuestros falsos dioses de hoy, que por cierto hay muchos: más que en tiempos pasados.

2.- En la segunda lectura, San Pablo dice a los Gálatas que hay que ser libres por amor y que ese amor nos lleva a ser esclavos de los hermanos. Pablo de Tarso había comprendido totalmente a Jesús de Nazaret. El amor a los hermanos nos hace libres y nos empuja a servir a los hermanos con entrega y pasión.

3.- Jesús, en el Evangelio de San Lucas, que vamos a escuchar, anuncia ya su Pasión y entonces pide a sus discípulos que le sigan por encima de todo. Hoy nos lo dice a nosotros mismos, una vez más. Pone unos ejemplos duros y concretos… es el seguimiento total, sin subterfugios, sin atenuaciones. ¿Seremos capaces de seguirle por encima de todo?



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Una vez más el padre Leoz nos muestra una bella plegaria para estos momentos finales de nuestra Eucaristía



YO TAMBIÉN ASPIRO A IR CONTIGO, SEÑOR

A la Jerusalén que en el  cielo aguarda

A la Jerusalén que en el  cielo se levanta

Con la fuerza de la  Eucaristía

Con el cayado de tu Palabra,  Señor

Con la infusión de los  sacramentos

Con la voz de tu Iglesia,  Señor,

quiero ir yendo, a una  contigo,

y disfrutar de tu Reino  prometido.

Exhortación de despedida

Salgamos felices de la Eucaristía. Sabemos –lo ha dicho él—que siempre le tendremos cerca. Y eso comunica felicidad… Sin duda.

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