22 diciembre 2015

Recursos (Misa de Medianoche)

Cuando llega Jesús, los “sueños” se hacen realidad, aunque el mismo Jesús quiere que le ayudemos para llegar hasta el final. Él solo no vale, porque es cuestión de toda la humanidad, que tiene que completar lo que Jesús ya ha realizado. Con la Navidad, Jesús nos trae una serie de regalos, comenzando por esta noche y mañana. Porque…
JESÚS NOS TRAE EL REGALO DE…
JESÚS, EL HIJO DE DIOS,IMAGEN DEL HOMBRE
Esta noche Jesús mismo es el regalo. Él es el centro de todo lo creado. Nuestra identidad cristiana no nos la dan los valores de la solidaridad, de la fraternidad, la justicia o la tolerancia, sino el Señor Jesús, Hijo de Dios, imagen visible de Dios invisible. Con Él, toda la humanidad queda dignificada, porque Dios se ha hecho hombre. Porque él ha puesto su tienda en medio de nosotros. El centro de nuestra vida es Jesús de Nazaret y con Jesús la dignidad de la persona resulta ser el centro de todo proyecto de realiza- ción humana, que arrastra consigo todo lo creado.
Sugerencias PARA LA CELEBRACIÓN
I. RITOS INICIALES
Antes de la misa se ensayan los cantos. El coro está repasando todos los cantos de modo que la gente, al llegar, se encuentra un ambiente de esta. En la puerta dos adultos entregan la hoja de cantos y felicitan a los que llegan.
El belén está encendido, sin el niño.
Por el presbiterio, en distintos lugares y, si es posible, en todo el templo, puede haber grupos de lámparas rojas encendidas. Es la única luz que hay en el templo.
Llegado el momento oportuno el monitor advierte que va a empezar la celebración.

a) Monición de entrada
Lector/a 1.
Hermanos: Bienvenidos a este encuentro en el que los hijos de la Iglesia celebramos el nacimiento de Jesucristo. Es media noche, es decir, el momento en el que la oscuridad que envuelve al mundo es más densa. Pero en medio de la noche brilla una estrella que guía a los hombres. Jesús significa «Dios salva». El es la luz que brilla en la oscuridad. «Al llegar la plenitud de los tiempos -dice san Pablo- envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la liación adoptiva».
Lector/a 2.
En esta noche queremos celebrar que hace más de dos mil años el Hijo de Dios vino al mundo para salvarnos y hacernos a todos hijos de Dios y hermanos.
Lector/a 1.
La Navidad significa que Dios está cerca de nosotros aunque a veces nos cueste trabajo darnos cuenta de ello porque se ha revestido de pequeñez. Un niño recostado en un pesebre nos lo recuerda.
Lector/a 2.
Es ésta una noche de alegría porque, en medio de la oscuridad, va a brillar la luz, porque el sol va a nacer en la noche, porque las tinieblas de la tristeza, del desánimo y de la falta de esperanza van a ser destruidas.
Lector/a 1.
Preparemos nuestro espíritu para celebrar el misterio del nacimiento del Hijo de Dios. Nos ponemos de pie para recibir a los celebrantes.
Comienza la procesión de entrada. Precede un acólito con el leccionario.
b) Canto de entrada: “Noche de paz” (u otro, a discreción)
c) Saludo del Sacerdote
Hermanos: en esta noche, en que el Señor nace para cada uno de nosotros, os deseo la alegría y la paz. Que el salvador del mundo esté con vosotros.
Se sientan todos y se procede al pregón de Navidad. Pueden leerlo dos jóvenes (chico y chica).
d) Pregón de Navidad
Lector/a 1. El acontecimiento que ahora celebramos tuvo lugar un día de la historia en un lugar del mundo. No es una leyenda ni una invención.
Lector/a 2. Fue mucho antes de que la humanidad se enfrentara en dos crueles guerras mundiales.
Lector/a 1. Antes de que occidente descubriera asombrado que había otro mundo y otra humanidad más allá del mar.
Lector/a 2. Antes de que en Europa surgieran las naciones.
Lector/a 1. Antes de que el Islam dominara nuestra tierra.
Lector/a 2. Antes de que los bárbaros amenazaran nuestra civilización.
Lector/a 1. Antes de que nuestra tierra conociera el mensaje del Evangelio.
Lector/a 2. Fue en tiempos del emperador Cesar Augusto, siendo Herodes rey de Judea y Cirino, gobernador de Siria.
Lector/a 1. Habían pasado unos 750 años desde la fundación de Roma y unos 1200 desde que Israel salió de Egipto.
Lector/a 2. Abraham había salido de su patria unos 1800 años antes y hacía 4000 años que las grandes pirámides de Egipto habían sido construidas.
Lector/a 1. Aquel acontecimiento fue tan importante que, desde entonces, los cristianos partimos el tiempo en dos mitades: en antes y en después.
Lector/a 2. Desde entonces los hombres sabemos que no estamos solos porque Dios mismo nos acompaña; sabemos que nuestros sufrimientos acabarán porque él los ha hecho suyos; sabemos que es posible ser hermanos y vivir en paz porque su Hijo es uno de los nuestros y nos ha hecho a todos hijos suyos.
Lector/a 1. En esta noche baja una estrella a la tierra y su luz vence a las tinieblas. Nace el sol que nos hará sentir el calor de la salvación.
Lector/a 2. Alegrémonos, hermanos, y que el mundo conozca nuestro gozo. Cantemos con júbilo y que nuestra canción se oiga en toda la ciudad porque celebramos el nacimiento de un niño que es el príncipe de la paz.
Lector/a 1. Su madre es una mujer sencilla. Se llama María. Es una Virgen de Nazaret que prestó su cuerpo y su vida a Dios haciendo así posible el milagro de la Navidad.
Lector/a 2. Éste es, hermanos, el día en que actuó el Señor. Que sea un día de gozo y de alegría. Dadle gracias porque ha sido bueno con nosotros, porque su misericordia es eterna.
e) Aclamación: “Este es el día en que actuó el Señor…”, sólo el estribillo (u otro similar)
f) Acto penitencial
Sacerdote:
Con el pregón de la Navidad hemos abierto, hermanos, este día de esta, en el que se anunció una gran noticia a los pastores: que en Belén había nacido el Salvador. Cristo nos salva de la más terrible de las muertes, la que destruye el corazón del hombre: el pecado. Para que podamos contemplar con una mirada limpia al hijo de María y recibir en nuestro corazón su mensaje de paz, pidamos humildemente perdón de nuestros pecados.
• Porque has venido al mundo a anunciar el perdón para todos. Señor, ten piedad.
• Porque, siendo Dios, no has dudado en hacerte hombre para hacernos hijos de Dios. Cristo, ten piedad.
• Porque eres el Príncipe de la Paz. Señor, ten piedad.
g) Oración
II. LITURGIA DE LA PALABRA
Durante la monición, cuatro eles, con velas encendidas, se sitúan en cuatro lugares de la iglesia, entre el pueblo. Desde allí, ellos hacen la primera lectura.
a) Monición a la primera lectura
Del mismo modo que Dios se hizo hombre en Jesús de Nazaret, la Palabra de Dios se hace palabra humana en la Sagrada Escritura. Cada vez que se nos proclama, se realiza lo que en ella se narra para que todas las generaciones puedan bene ciarse de su luz.
Vamos a escuchar en primer lugar la voz de un profeta, de Isaías, que anuncia al pueblo de Israel la llegada del salvador. El pueblo vivía en las tinieblas del destierro, en la oscuridad de sus sufrimientos y desgracias. La palabra del profeta encendió en ellos la luz de la esperanza.
Ése mismo anuncio se nos hace hoy a nosotros. En la noche de nuestra vida se ha encendido la luz de la fe; en la noche del mundo brilla la luz de la esperanza.
Escuchemos, hermanos, con atención esa buena noticia anunciada por Isaías.
b) Lectura de Isaías: Is 9, 1-3. 5-6
Lector/a 1.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
Habitaban tierras de sombras y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:

se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran (los guerreros) al repartirse el botín.
Lector/a 2.
Porque la vara del opresor,
el yugo de su carga,
el bastón de su hombro,
los quebrantaste como el día de Madián.
Lector/a 3
Porque la bota que pisa con estrépito
y la túnica empapada en sangre
serán combustible, pasto del fuego.
Por que un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado:
Lector/a 4
Lleva el hombro el principado
y es su nombre:

maravilla de consejero,
Dios guerrero,padre perpetuo, príncipe de la paz.
Los cuatro lectores:
Para dilatar el principado con una paz sin límites,
sobre el trono de David y sobre su reino.

Para sostenerlo y consolidarlo
con la justicia y el derechodesde ahora y por siempre.
El celo del Señor lo realizará.
c) Monición al canto
Ésa es la promesa. Ahora nosotros, en nombre de todos los que formamos la comunidad cristiana, en nombre de todos aquellos cuya vida está rodeada de tinieblas y de tristeza a causa de la enfermedad, de la falta de trabajo, de la soledad, de haber perdido su hogar o vivir con la amenaza de perderlo… En nombre del mundo que necesita la salvación, pidamos al Señor que venga a este mundo que muere de frío, de falta de amor. Pidámosle al Señor que venga sin tardar.
d) Canto: “Ven, ven, Señor, no tardes” (o similar)
e) Monición al Evangelio
Ahora, hermanos, vamos a oír la narración del nacimiento del Señor. Comprobaremos que Dios cumplió y sigue cumpliendo sus promesas. Pongámonos de pie en señal de respeto.
f) Lectura del Evangelio: Lc 2, 1-14
g) Presentación del niño
Sacerdote
El anuncio del ángel en esta noche es “¡Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres en la tierra!”
Vamos a hacer nuestro este canto.
Vamos a unirnos a los ángeles que aquella noche anunciaron a la humanidad entera que Dios nos ama.
Una niña de nuestra comunidad va a presentar la imagen del Niño y a colocarlo en el portal. Ella nos recuerda a aquella Virgen que un día puso a Dios en la tierra.
Va acompañada de un grupo de jóvenes que llevan velas encendidas.
Nos recuerdan que, en la primera Navidad, unos humildes pastores fueron los primeros que escucharon con alegría la buena noticia.
Una niña de la comunidad, en efecto, viene desde el fondo de la iglesia con el Niño Jesús en brazos, acompañada de un grupo de jóvenes rodeándola con velas encendidas. Deposita al niño en el portal y los jóvenes dejan sus velas junto a las demás, alrededor. Se van.
h) Canto del gloria
i) Monición a la lectura de san Pablo
Así fue como ocurrió el nacimiento de Jesús. A partir de ese momento la vida de muchos hombres cambió de rumbo y empezó a tener otro sentido. Uno de esos hombres fue san Pablo. Primero persiguió a los cristianos, pero cuando se encontró con Cristo dedicó su vida a anunciar su mensaje por todo el mundo. Oigamos cómo nos explica el signi cado de lo que estamos celebrando.
Segunda lectura: Tit 2, 11-14
j) Homilía
Hacia el nal de la homilía conviene hacer referencia al canto del aleluya como la aclamación del pueblo al acontecimiento que se ha anunciado.
k) Oración universal
La hace el pueblo espontáneamente, desde el micro, con una lamparilla encendida en la mano, que luego coloca a los pies del niño en el portal. Conviene tener preparada una mesita con las lamparillas en un lugar adecuado y una vela que se enciende en ese momento para que tomen el fuego de la misma.
Francisco Echevarría Serrano

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