30 septiembre 2015

Domingo 4 octubre: recursos

LOS CRISTIANOS HOY DEBEMOS APRENDER A… RECONOCER LA DIGNIDAD DE LA MUJER
SENTIDO DEL APRENDIZAJE
Normalmente muchas palabras que se digan este domingo se centrarán en el divorcio y la fidelidad. Precisamente en un mundo y una sociedad donde las separaciones y los divorcios están a la orden del día. Por eso a veces hablamos de “la nueva familia”, sin referirnos ya a los viejos análisis del modelo patriarcal y la familia “moderna”. Hoy hablamos de “mi pareja”, “mi compañera o compañero”, “el novio o la novia de mi mamá”…
En ese sentido también se pronuncia el papa al hablar de la escena del paraíso y la creación de la pareja humana. Pero también él va más allá y quizás, en ese texto milenario –en una cultura curiosamente machista a carta cabal- ve la defensa a ultranza de la dignidad de la mujer. Dios ha creado al ser humano como hombre y mujer. Hoy necesitamos de nuevo reivindicarlo con fuerza, aun sin caer en fáciles “feminismos” populistas: la dignidad de la mujer.
UN TEXTO
«Dios ha confiado la tierra a la alianza del hombre y de la mujer: su fracaso empobrece el mundo de los afectos y oscurece el cielo de la esperanza. Las señales ya son preocupantes, y las vemos. Quisiera indicar, entre las muchas, dos puntos que yo creo que deben empeñarnos con más urgencia.
El primero. Indudablemente debemos hacer mucho más a favor de la mujer, si queremos volver a dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Es necesario, de hecho, que la mujer no sólo sea más escuchada, sino que su voz tenga un peso real, una autoridad reconocida, en la sociedad y en la Iglesia.

El mismo modo con el cual Jesús ha considerado a la mujer -pero leamos el Evangelio ¿eh?, es así…- en un contexto menos favorable del nuestro -porque en aquel tiempo la mujer estaba en segundo lugar, ¿no?-. Y Jesús la ha considerado de una manera que da una luz potente, que ilumina un camino que lleva lejos, del cual hemos recorrido solamente un pedacito.
Todavía no hemos entendido en profundidad cuáles son las cosas que nos puede dar el genio femenino, qué puede dar a la sociedad y también a nosotros, la mujer. Quizás, ver las cosas con otros ojos que complementan el pensamiento de los hombres. Es un camino para recorrer con más creatividad y más audacia.
Una segunda reflexión concierne el tema del hombre y de la mujer creados a imagen de Dios. Me pregunto si la crisis de confianza colectiva en Dios, que nos hace tanto mal y nos hace enfermar de resignación ante la incredulidad y el cinismo, no esté también conectada a la crisis de la alianza entre hombre y mujer.
En efecto, el relato bíblico, con el gran fresco simbólico sobre el paraíso terrestre y el pecado original, nos dice precisamente que la comunión con Dios se refleja en la comunión de la pareja humana; y la pérdida de la confianza en el Padre celestial genera división y conflicto entre hombre y mujer.
De aquí viene la gran responsabilidad de la Iglesia, de todos los creyentes, y ante todo de las familias creyentes, para redescubrir la belleza del designio de Dios también en la alianza entre el hombre y la mujer.
La tierra se llena de armonía y de confianza cuando la alianza entre el hombre y la mujer se vive en el bien. Y si el hombre y la mujer la buscan juntos entre ellos y con Dios, sin duda la encuentran. Jesús nos alienta explícitamente a testimoniar esta belleza, que es la imagen de Dios.».
Papa Francisco, La familia: varón y mujer (abril 2015)
POEMAS
1. “Y Dios me hizo mujer”
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo, ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas y pliegues
y suaves hondonadas,
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños, el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen
mujer todos los días,
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli
2. Mujeres de la Biblia
Creo en el Dios de las mujeres de la Biblia,
El Dios de Sara, Raquel, Agar, Judit y María.
Creo en el Dios de Carmen, Lucía, Gianina,
y de tantas otras que supieron ver su misión en la vida.
Creo en el Dios que escucha el grito de tantas mujeres:
madres abandonadas, solas, con hijos muertos;
mujeres marginadas, incapaces de salir de su situación.
Creo en el Dios creador de la vida,
que dio a las mujeres
capacidad de generarla y sensibilidad
para cuidarla y defenderla.
Creo en la capacidad de la mujer
de hacer un mundo más humano,
con menos dolor, muerte y destrucción.
Creo que mujer y varón,
creados en igual dignidad, asumiéndola juntos,
serán los constructores de la Nueva Sociedad.
Creo en María, Mujer y Madre
llena del Espíritu Santo.
Creo que por donde ella pasa,
lleva la vida, contagia esperanza
y abre camino para su hijo Jesús.
Creo en la vida eterna sin discriminaciones,
donde varones y mujeres
de todas las razas y lugares
cantaremos la alegre canción de la Igualdad,
de la Fraternidad y del Amor sin fin.
Amén.
Pastoral de Puerto Rico
(Elena Oyarzábal, u.j., “Caminos de encuentro”)
UN VÍDEO: “Mujeres”

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