16 junio 2015

Domingo 21 de junio: Guión Litúrgico II

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy el domingo décimo segundo del tiempo durante el año, y en esta Eucaristía celebramos el inmenso amor de Dios, amor que lo hemos conocido en esto: Él nos ha amado primero, y nos ha enviado a su Hijo para mostrarnos el camino que lleva a la vida para siempre.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor nos manifiesta hoy el poder que Cristo, como verdadero Dios, tiene sobre toda la creación, y que nos lo demuestra dominando la tempestad y el mar, ante la falta de fe de sus discípulos, testigos de muchos milagros. Y Dios, con ese mismo poder, cuida a cada uno de nosotros, pidiéndonos una confianza absoluta en su providencia de Padre; pero Él mismo también nos hace presente que esa confianza no nos libera de nuestro esfuerzo, de nuestra responsabilidad.

1ª. LECTURA:  (Job 38, 1. 8-11)      (Ver texto)

Y en el Antiguo Testamento, Dios le manifiesta a Job que Él es el único que tiene toda potestad, el único que puede dirigir al mundo.

SALMO RESP.:      (106, 23-26. 28-31)    (Ver texto)

                    R.   ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
                         Porque es eterno su amor!

2ª. LECTURA:     (2 Co 5, 14-17)     (Ver texto)

San Pablo, que se encontraba en un momento difícil, recuerda el motivo que lo hace vivir dedicado al Evangelio: el amor de Jesucristo muerto y resucitado, que es más poderoso que cualquier contrariedad.


EVANGELIO:    (Mc 4, 35-41)    (Ver texto)

Jesús, en el Santo Evangelio, nos manifiesta que, aunque nos parezca que Él está dormido, porque no sentimos su presencia, está velando con su poder sobre nosotros, sobre su Iglesia.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Nuestra fe nos dice que el amor del Padre es mayor que todo el mal que pueda haber en nosotros. Por eso, confiando en este amor, le presentamos ahora nuestra plegaria.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE BUENO, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"

v Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que en su palabra los hombres descubramos a Cristo, que es quien realmente la sostiene, la guía y nos da la absoluta confianza que las fuerzas del mal no prevalecerán contra ella, oremos...

v Por nuestro Obispo y todos los ministros que cuidan de este pueblo tuyo, para que junto a ellos y sostenidos por tu gracia, podamos formar una familia diocesana verdaderamente evangelizada y evangelizadora, oremos...

v Por nuestra querida patria, para que tu Santo Espíritu ilumine la mente y el corazón de cada uno de los que la habitamos, para que así tu Hijo vuelva a ser el fundamento de nuestras familias y de toda nuestra sociedad, oremos...

v Por todos los padres, para que siendo fieles a tu gracia, con ella los ilumines y sostengas en su difícil misión, y para sus familias sean auténticamente la imagen de tu amor, oremos...

v Por nuestra comunidad, para que por mucha tormenta que haya a nuestro alrededor, tengamos la certeza de la presencia de tu Hijo, y que llevamos al mejor piloto, al Señor de los mares, que dormido y todo vela por nosotros, oremos...

CELEBRANTE:

Señor, Padre amoroso, que escuchas siempre la plegaria de los que esperan en ti; atiende nuestras súplicas y haz que seamos fieles a la Buena Nueva de tu Hijo. Te lo pedimos por Él, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrecemos el pan y el vino, que son signo de nuestro propio ofrecimiento al servicio de Dios, al de la Iglesia y al de todos los hombres, nuestros hermanos.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Jesús, aquél a quien el viento y el agua obedecen, el único en quien encontramos la salvación, se hace ahora presente entre nosotros, por eso, con alegría, demos gracias al Padre que nos lo ha dado como camino hacia la vida.

COMUNIÓN:

Jesús es el único camino hacia la vida; Él es nuestro alimento, la fuerza que nos lleva hacia el Padre. Participemos ahora de su Cuerpo, que es la verdadera promesa de salvación.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.

DESPEDIDA:


Lo que hoy nos ha dicho el Señor, es que no tengamos miedo, que aprendamos a confiar en Él, que está con nosotros y si nosotros queremos estar con Él, todo saldrá bien. Hay que esperar. Pero todo saldrá bien.

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