12 junio 2016

El arrepentimiento del pecado

1. Después de mostrar a Jesús poderoso en palabras, Lucas lo presenta poderoso también en obras, como liberador de la enfermedad (criado del centurión), de la muerte (el muchacho de Nain) y del pecado (la mujer pecadora). Jesús es un «gran profeta» que acoge a los pecadores y los perdona cuando éstos reconocen que su salvación está en Dios. El amor es consecuencia del perdón, fruto de la conversión. Pero, ante todo, la fe: «Tu fe te ha salvado».
2. El pecado aparece a lo largo de toda la Escritura, porque se opone al amor y la misericordia de Dios, que constituyen la verdadera trama del relato bíblico. Los profetas muestran que el pecado es oposición a los planes de Dios, a su alianza, a su promesa, a su reino… Por eso denuncian el pecado, lo ponen en su lugar y proponen la conversión. No es suficiente el arrepentimiento como mero reconocimiento de un error o falta; es necesario además cambiar de vida para producir frutos de conversión.
 
3. Cristo es el Siervo que ha venido a librar al ser humano de sus pecados. Es, por tanto, el Salvador. Jesús ama a los pecadores, aunque denuncia el pecado; y muestra en sus enseñanzas la misericordia de Dios. Se acerca a los pecadores, come con ellos y los defiende de la severidad de los fariseos. Cuando hay arrepentimiento, perdona siempre.
 
REFLEXIÓN CRISTIANA:
¿Por qué motivos nos arrepentimos? 
¿Unimos el arrepentimiento a la conversión?
Casiano Floristán

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario