08 junio 2016

Domingo 12 junio: Moniciones


Resultado de imagen de moniciones

MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía del Domingo XI del Tiempo Ordinario. En el banquete que ofrece el fariseo a Jesús de Nazaret, Simón el fariseo, una mujer llena de amor y de arrepentimiento se acerca a Jesús, en prueba de su enorme amor. No todos, entonces, entendieron ese gesto y desconfiaron del Maestro. Pero ocurre hoy también en nuestro mundo. Se entienden mejor los gestos de poder, de prestigio, de ostentación y de dinero, que los sencillos gestos de amor que nos hacen mejores… Aprendamos hoy de la pecadora, y junto a Jesús, a amar. El amor debe estar siempre presente en nuestras vidas y cambiarlas profundamente.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- Nuestra primera lectura procede del Libro Segundo de Samuel donde el profeta Natán trasmite el mensaje de Dios sobre el pecado del Rey David. PeroDavid se arrepintió y de la generosidad del Señor llegó el perdón. Y David recuperó la alegría.

S.- El salmo 31 tenía sentido penitencial para los judíos contemporáneos de Jesús y lo tiene para nosotros los cristianos. Era el salmo preferido por San Agustín, porque narra muy bien el gozo que llega tras la confesión y el arrepentimiento.

2.- San Pablo, en la segunda lectura –que procede de la Carta a los Gálatas—nos habla de la doctrina de la justificación. Pero, sobre todo, es una maravillosa confesión de que siempre Cristo vivió en Pablo como, si se lo permitimos, el Señor vivirá en cada uno de nosotros.

3.- Es uno de los relatos más bellos y bien narrados de San Lucas. El episodio del banquete con el fariseo Simón, muestra toda esa realidad difícil que Jesús vivía con el hostigamiento y la enorme susceptibilidad de los fariseos. Pero en medio de un banquete poco amble, y falto de amabilidad, surge una prueba de amor, que purifica el ambiente y a las personas tambien. El amor lo limpia todo.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Un domingo más el sacerdote navarro nos ofrece esta plegaria para los momentos finales de nuestra eucaristía. Escuchemos con atención.

¿ME DEJAS, SEÑOR?

Hoy, como aquella mujer, a  la que no le tembló el pulso

quiero hacerme hueco en  medio de tanto obstáculo 

que me impide llegar a Ti

Sí; Señor

No sé si estoy totalmente  arrepentido

lo que sí sé, es que sin Ti,

no el perfume de la vida me  sabe a poco

las lágrimas de cada día se  secan pronto

y los cabellos del prójimo

son utilizados para  arrastrarlos 

por el miserable suelo.

Exhortación de despedida

Amor, arrepentimiento, perdón, misericordia… Hemos asistido a una esena impresionante en el evangelio. Llevémosla en nuestro corazón y busquemos de Jesús su perdón. Pongamos, pues, mejor rumbo a nuestras vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario