Sábado 15 agosto, Misa con jóvenes. Asunción de María

Solemnidad de la Asunción de la Virgen María – (15 de agosto de 2015)

Nota: según las normas del calendario litúrgico, este sábado (inclusive la Misa vespertina) debería rezarse de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Sin embargo, sugerimos hablar previamente con el sacerdote para tener seguridad de cómo se hará en cada comunidad.

1- Entrada:

Nos reunimos este sábado con gran alegría para celebrar la Asunción de María al cielo. Abramos el corazón para meditar este misterio como anticipo de la promesa que Dios nos hace a todos: habitar en su casa. Comencemos cantando.

2- Liturgia de la Palabra:

Las lecturas nos muestran la predilección de Dios por María. Y, gracias a su fidelidad, nos llega a todos la salvación. ¡Bendita Ella y bendito el fruto de su vientre, Jesús! Escuchemos con atención.

3- Oración de los fieles:

Queridos jóvenes, sabemos que María desde el cielo intercede por nosotros y nuestras necesidades, por eso digámosle a Dios: con María, te lo pedimos, Señor.

- Por la Iglesia, para que siempre sea madre misericordiosa y nos muestre a todos el camino al cielo.

- Por la Argentina, para que en este tiempo de elecciones no olvidemos nuestra fe y nuestros valores cristianos a la hora de decidir.

- Por las familias, para que el Sínodo que se reunirá en octubre encuentre respuestas adecuadas a los desafíos de la realidad y anuncie con alegría la belleza del evangelio de la familia.

- Por los jóvenes, para que sepan tender su mano a la Virgen para que los ayude en sus dificultades y los conduzca por los caminos de Jesús.

4- Ofrendas:

María nos enseña a ofrecer la vida al Señor. Presentemos, entonces, nuestras ofrendas, mientras cantamos con alegría.

5- Comunión:

María estaba plenamente unida a Jesús. Por eso, Dios la elevó a la gloria del cielo. Unámonos a Jesús en la Comunión. También a nosotros quiere llevarnos un día a su casa celestial. Cantemos juntos.

6- Despedida:

Tomados de la mano de Mamá María, vayamos a transitar los caminos de nuestra vida. Un día llegaremos con Ella a nuestra casa definitiva, a la alegría de estar cara a cara con Dios. Nos despedimos cantando.