Domingo 16 de agosto: Misa con jóvenes

Domingo 20° durante el año – (16 de agosto de 2015)

Nota: según las normas del calendario litúrgico, este sábado (inclusive la Misa vespertina) debería rezarse de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Sin embargo, sugerimos hablar previamente con el sacerdote para tener seguridad de cómo se hará en cada comunidad.

1- Entrada:

Queridos jóvenes, nosotros amamos la vida y queremos vivirla con intensidad. Jesús, de parte del Padre, nos regala la verdadera Vida para ahora y para la eternidad. Comencemos la Misa cantando con alegría.

2- Liturgia de la Palabra:

Jesús nos sigue enseñando que Él es el Pan de Vida. Los que los recibimos tenemos vida eterna pero eso nos compromete a vivir según su voluntad. Escuchemos con atención.

3- Oración de los fieles:

Llenos del Espíritu Santo, que nos ayuda a rezar como conviene, elevemos nuestras intenciones, diciendo: danos tu Vida, Señor.

- Por la Iglesia, para que como Madre atenta y amorosa acerque a todos sus hijos el verdadero Pan bajado del cielo.

- Por nuestra patria en vísperas del aniversario del Gral. San Martín, para que ciudadanos, candidatos y gobernantes seamos responsables en la construcción de un país mejor donde no perdamos los valores esenciales.

- Por los niños en su día, para que todos reciban siempre el amor y la atención que merecen y que hoy puedan pasar un día especial entre juegos y alegría.

- Por los jóvenes, para que, amando la vida, sean sensatos en sus decisiones y elijan siempre el camino del bien.

- Por la ecología, para que respondiendo al llamado del Papa Francisco, cuidemos el mundo como nuestra casa común y a cada ser humano como nuestro hermano.

4- Ofrendas:

Porque amamos la vida que nos regalás, te la ofrecemos, Señor, junto con el pan y el vino, mientras cantamos.

5- Comunión:

Jesús nos promete en la Eucaristía la plenitud de Vida y la resurrección final. Vayamos agradecidos a comulgar con el compromiso de vivir según la gracia que recibimos. Lo hacemos cantando.

6- Despedida:

El mundo necesita de Dios. Volvamos a nuestros ambientes y llevemos la vida que hemos recibido de Él. Nos despedimos cantando.