16 junio 2015

Domingo 21 junio: Para la homilía (Domingo XII de Tiempo Ordinario)

Comentaba María Esteban el otro día, en Caritas, que hoy es más difícil la tarea de los cristianos que en tiempos de Jesús y de la primera Comunidad por el ambiente, la indiferencia, la oposición, el bienestar de unos y las angustias de otros sufriendo las crisis. ¿Qué nos dice la Palabra de Dios hoy y cómo celebrar lo que nos dice? Porque Dios siempre nos habla de la vida y para la vida de los que sentimos esas dificultades en la tarea que él nos encomienda y en la que él está trabajando.
En el evangelio aparece:
  • Una la barca; siempre ha significado la iglesia y, por extensión, la parroquia, nuestra familia, o los compromisos apostólicos que llevamos en el trabajo, en las organizaciones políticas, o sindicales etc.
  • Aparecen las olas, el viento huracanado que representan las dificultades en llevar la barca a la otra orilla.
  • La otra orilla, que para la primera comunidad era la tierra de paganos, que tenían o no otros dioses, eran los dedicados al comercio, indiferentes a las cosas de Dios cuando no opuestos a todo lo religioso, y orgullosos de su poderío.
  • El miedo de los apóstoles, que les lleva a tener que despertar a Jesús Entonces Jesús les calma el miedo a ellos, al viento y al mar en su increpación.
  • Y Jesús en la barca, como durmiendo, como si estuviese desentendido del peligro de naufragio y de las dificultades de los apóstoles.
Así refleja la vida de fe de la primera comunidad en la tarea encomendada por Jesús. También ellos tuvieron sus dificultades, sus resistencias a ir a tierra de paganos, resistencia de salir de su grupo, de su comunidad, de salir de su nacionalismo judío, etc.
Ellos sienten dificultades mientras se resisten a ir a tierras de paganos, como les había encomendado Jesús: “id a la otra orilla”, y hasta que no obedecen su mandato, no escuchan las palabras de aliento ante el miedo y la ceguera, porque Jesús va siempre con ellos.
En la dificultad, en la cobardía en la misión, es en donde la Primera Comunidad descubre también la presencia y la acción de Jesús, la fuerza de su palabra y la salvación que aportaba la resurrección. Hoy, lo mismo: le encontraremos a él, experimentaremos la fuerza del evangelio que anunciamos, nos convenceremos de la actualidad transformadora del evangelio, si hemos asumido la misión que Jesús nos encomienda en donde vivimos, trabajamos, nos relacionamos, porque también nosotros sentiremos resistencias, dificultades, y será entonces cuando experimentemos que él calma nuestro miedo y la fuerza del viento contrario.
Quien no esté en la barca, no sufrirá la fuerza del viento huracanado, ni gozará del poder del resucitado. El apóstol, el creyente, el testigo se hace, como la Primera Comunidad en la misión. Que el encuentro con Cristo en la Eucaristía calme nuestros miedos y nos ayude a superar las dificultades y en ellas descubrir que Jesús está en nuestra barca.
Agustín Cornejo Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario