18 marzo 2015

V Domingo Cuaresma: Moniciones

MONICIÓN DE ENTRADA

Os damos nuestra más fraterna y cordial Bienvenida a la Eucaristía de este Quinto Domingo de Cuaresma. Estamos pasando ya las últimas jornadas de este tiempo de amor y conversión. La cuaresma permanece hasta que se inicia el Triduo Pascual, allá en la tarde del Jueves Santo. En fin, el domingo próximo es Domingo de Ramos y es, asimismo, el inicio de lo que también llamamos Semana Santa. Puede verse que nos acercamos a esas fechas en las que celebramos los grandes misterios de nuestra fe. Y hoy Jesús de Nazaret nos va a volver recordar que es necesario que Él sea alzado en la Cruz para que nosotros, para que la humanidad no perezca. Abramos nuestro corazón a esas verdades y completemos nuestra conversión para mejor entender el sacrificio de Cristo, el Señor. Y una cuestión más: El miércoles, día 25, celebraremos la Solemnidad de la Anunciación del Señor. Son nueve meses antes que la próxima fiesta de la Natividad, el 25 de diciembre… Merece la pena acompañar a Maria en su gran fiesta, aunque sea dia laborable.



MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS

1.- El libro de Jeremías –nuestra primera lectura de hoy—nos habla de una alianza nueva entre Dios y su pueblo. Los pecados desaparecerán y la nueva ley llegará hasta nuestros corazones por mano del Señor. Ya el profeta anuncia esa nueva alianza que Cristo nos va a traer con su enseñanza, con su Muerte y su Resurrección.

S.- El Salmo 50 ha sido un cántico de Penitencia durante siglos para muchas generaciones de cristianos. Tal vez, el texto latino no comprendido en demasía hizo que este salmo tuviera “mala fama”. Pero es hermosísimo y demuestra el gran amor de Dios hacía su pueblo “al que devuelve la alegría de la salvación”.

2.- El brevísimo fragmento de la Carta a los Hebreos que leemos hoy, refleja bien el drama de Cristo, Nuestro Señor, ante la muerte. Jesús no quería morir, como ningún ser humano en su sano juicio. Pero aceptó su sacrificio, con obediencia total al Padre, para que nosotros viviéramos.

3.- No hay vida donde no hay fruto, ni hay fruto si la semilla no muere. La muerte de Jesús ha dado vida y ha transformado a todos los hombres. Eso nos dice Jesús, hoy, a través de las palabras del Evangelio de San Juan. Y por eso los frutos que nosotros recogemos son todos regalos de Dios. Esto nos muestra que la vida no nos pertenece para vivirla a solas, sino que la tenemos que poner al servicio de los demás.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Vamos a meditar, en estos momentos finales de nuestra Eucaristía, en el mensaje de paz que el sacerdote navarro, Javier Leoz, nos ofrece en la siguiente oración:

HA LLEGADO LA HORA

En que, además de esperar de Dios,

nos empeñemos más en nuestra misión

En que, además de aguardar al Señor,

avancemos por la tierra

despertando fe y esperanza,

ilusiones y caridad, alegría y gozo

HA LLEGADO LA HORA

De contemplar, frente a frente y sin miedo,

la pobreza que cuelga de la cruz

De contemplar, sin dudas ni temores,

la riqueza de amor que se desangra en la cruz

De contemplar, con agradecimiento y fe,

el Misterio Divino que muere y calla en la cruz

¡HA LLEGADO LA HORA!

Exhortación de despedida

Mañana nos reuniremos nuevamente en el templo para celebrar la Solemnidad de Anunciación del Señor. Es día laborable, pero todos los que podáis venir porque es una fiesta litúrgica maravillosa.

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