27 enero 2015

Guión Litúrgico 2. Domingo 1 febrero

1 DE FEBRERO DE 2015
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio.


R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Reunidos en el nombre del Señor que nos ha congregado ante su altar, celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.  Celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.

Purifica con tu gracia nuestras manos, ilumina nuestra mente con tu luz, que la fe se fortalezca en tu Palabra y tu cuerpo tomado en alimento nos traiga la salud.
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15-20.


Moisés habló al pueblo, diciendo: “Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: ´´No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir.``
El Señor me respondió: ´´Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú.  Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande.  A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas.  Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.``”
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 94.
Antífona: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón.”

Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.  Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz: “No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.”

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 7, 32-35.

Hermanos:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra de sombras de muerte, una luz les brilló.   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 21-28.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.”
Jesús le increpó: “Cállate y sal de él.”
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió.  Todos se preguntaron estupefactos: “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.  Hasta los espíritus inmundos les manda y le obedecen.”
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.          
  PALABRA DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Danos un corazón, grande para amar; danos un corazón, fuerte para luchar.

Hombres nuevos creadores de la historia, constructores de nueva humanidad, hombres nuevos que viven la existencia, como riesgo de un largo caminar.

Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad.  Hombres nuevos sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad.

Hombres nuevos amando sin fronteras, por encima de razas y lugar, hombres nuevos al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por quedarte con nosotros para siempre hecho alimento.

Que la comunión contigo vaya transformando nuestras vidas.

Que pasemos del miedo y la cobardía, a ser cristianos valientes y comprometidos. 

Que pasemos de unas vidas grises y mediocres, a unas vidas entregadas que aspiran a la santidad.

Que pasemos de ser una pequeña luz que se pierde en la noche, a ser una hoguera que ilumina, contagia y anima a los demás.

Gracias Señor por darnos tu amor, por darnos fe, esperanza y alegría, para ser testigos tuyos en este mundo y en esta hora en que nos toca vivir. 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto.
Te damos gracias, Señor, de todo corazón.  Te damos gracias, Señor, cantamos para ti.

A tu nombre daremos gracias, por tu amor y tu lealtad, te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma. 

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