06 diciembre 2014

Liturgia Inmaculada Concepción, 8 diciembre

MONICIÓN DE ENTRADA:
En medio del Adviento, la fiesta de la Inmaculada es un elemento más que afianza este tiempo litúrgico como un tiempo “mariano” por excelencia. La Iglesia, contemplando a María, nos prepara para recibir en nuestras vidas a Aquél que ella misma, con su libre aceptación, recibió como regalo para toda la humanidad. La santidad de María, en su fidelidad a Jesús, es imagen de la santidad que Dios ha puesto en nuestros corazones regalándonos su mismo Espíritu. Con esta alegría y esperanza comenzamos hoy la Eucaristía.
ACTO PENITENCIAL
• Lo mismo que un día a María, Dios nos envía mensajeros y regalos todos los días. Pero nosotros no estamos atentos y no los acogemos. SEÑOR, TEN PIEDAD.
• Nos cuesta buscar y entender el sentido profundo de María Inmaculada y pensamos que es una vieja herencia que nos pesa y hasta nos sobra. Necesitamos entender nuestra fe. CRISTO, TEN PIEDAD.
• Como bautizados, llevamos en nuestro corazón el Espíritu Santo, que vive y habla dentro de nosotros. Pero vivimos al margen de esta realidad y, por tanto, no podemos escuchar lo que nos propone. SEÑOR, TEN PIEDAD.

OFERTORIO
Llevamos hasta la imagen de María un bonito ramo de flores, mientras leemos este poema de Gerardo Diego:
A ti, María, Virgen concebida
sin pecado, yo indigno, yo devoto
de tu manto, yo escándalo, yo roto,
te canto y rezo con mi lengua ardida.
Estrella de mi mar en la vencida
borrasca, ofrendo a ti mi humilde exvoto:
un bergantín sin rumbo y sin piloto,
en tu ermita carmela guarecida.
Ave María, Gratia Plena, suave
nido de Encarnación, Pluma de vuelo,
rosa blanca entre angélicos sonrojos,
Reina del cielo que te acoge y sabe:
sálvame, mírame, tu pequeñuelo
y –Madre mía- véante mis ojos.
ENVÍO
El Adviento está marcado todo él por la presencia de María que, embarazada, espera el nacimiento de Jesús. La esperanza es, pues, santo y seña del Adviento. Por eso nos sentimos llamados a vivir en esperanza, en medio de nuestros problemas y dificultades, y a ser creadores de esperanza entre aquellos con quienes vivimos y con todos lo que, en el mundo, necesitan una palabra de consuelo. ¡Podéis ir en paz!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario