05 noviembre 2014

Guión Litúrgico 1. Domingo 9 noviembre

9 DE NOVIEMBRE DE 2014  
Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma                         
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales Jerusalén.

Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: “La paz contigo”.  Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.  

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo.
Del zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar.
 Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho.
Me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.»
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 45.
Antífona: El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe.

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios   3, 9c-11. 16-17

Hermanos:
Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye.
Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Elijo y consagro este templo -dice el Señor- para que esté en él mi nombre eternamente.   

EVANGELIO.
Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. 
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Todos unidos, formando un solo cuerpo, un pueblo que en la Pascua nació. Miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió. Él nos empuja, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios.

Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz para las sombras, Iglesia peregrina de Dios.

Rugen tormentas, y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría: Presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, él viene con nosotros, Iglesia peregrina de Dios.

Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en la misma comunión. Todos viviendo en una misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos prendidos en una misma suerte, ligados a la misma salvación. Somos un cuerpo, y Cristo es la cabeza, Iglesia peregrina de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

¡Qué alegría he descubierto al sentirme Iglesia!  ¡Qué alegría al saber que camino dentro de un Pueblo nuevo!  ¡Qué alegría compartir mi fe en ti, con los seguidores tuyos!  ¡Qué alegría, Señor, caminar, como hermanos hacia tu Casa!

Nuestros pies, Señor, se han puesto en marcha y tu Espíritu es su aliento; nuestros pasos, Señor, están guiados por tu Palabra; ante nosotros se abren las puertas de una nueva Humanidad; y se llena el corazón de gozo a medida que el Pueblo avanza.

Con tu Iglesia, Señor Jesús, caminamos dejando huellas en la Historia; vamos subiendo contigo, tomando parte en tu destino: la cruz.  Dejamos a nuestro paso semillas profundas de tu Evangelio.  Alienta nuestra marcha, anima nuestro peregrinar, y, acompaña nuestro caminar hacia la Casa del Padre.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto. 
A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios.  A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro entre nosotros: conozca la tierra tus caminos, las naciones tu salvación.

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