04 septiembre 2014

Guión Litúrgico 3. 23º Domingo del T.O. 7 de septiembre

DOMINGO 7 DE SETIEMBRE DE 2014
DOMINGO XXIII DURANTE EL AÑO

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Hermanos, en este domingo vigésimo tercero del tiempo ordinario, nos encontramos reunidos en el nombre del Señor, reunidos en Iglesia, para escuchar su Palabra que robustece nuestra fe, y para compartir el Pan de la vida, que nos fortalece en nuestro caminar de creyentes.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial


Nos encontramos reunidos en el nombre del Señor, lo que nos asegura su presencia en medio nuestro y el que Dios escuche y acoja nuestra oración. Y hoy el Señor nos exhorta a la virtud suprema que da la plenitud y que perfecciona a la Ley: el amor mutuo, la caridad que es bondadosa y ve el lado bueno de los demás, y buscando su bien nos impulsa a la corrección fraterna.

1ª. LECTURA:  (Ez 33, 7-9)     (Ver texto)

El Profeta es constituido por Dios como guardián, para que con el impulso de su llamada, que él transmite, cada uno pueda tomar el camino de la vida por sí mismo.

SALMO RESP.:      (94, 1-2. 6-9)    (Ver texto)

                    R.     Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.

2ª. LECTURA:     (Rm 13, 8-10)     (Ver texto)

Esta Epístola del Apóstol es muy clara: el amor al prójimo incluye todos los demás mandamientos.

EVANGELIO:    (Mt 18, 15-20)    (Ver texto)

En el Evangelio, Jesús nos enseña lo que ha de impulsar al verdadero cristiano: el amor.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Como verdaderos hijos del Padre que está en el Cielo, que es Amor, y sabiéndonos trabajadores de su Reino, pidamos por las necesidades de todos los hombres, nuestros hermanos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS TU ESPÍRITU DE AMOR"

v Padre nuestro, te pedimos por tu Iglesia y el Papa Francisco, para que por su testimonio podamos formar una Iglesia de hermanos, que se quieren y se perdonan, y una Iglesia en oración, que vive, siente y se edifica en tí, oremos…

v Te pedimos por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, para que siempre nos guíen en la construcción de una Iglesia diocesana que viva de verdad la actitud evangélica del perdón y de la reconciliación entre todos, oremos…

v Te pedimos que cese la persecución a los cristianos y demás creyentes en Irak, reine la paz, vuelva la concordia y la razonable convivencia y se privilegie el respeto por el derecho de toda persona a profesar libremente sus creencias, oremos…

v Te pedimos por los que sufren, para que encuentren en nuestra comunidad, verdaderos hermanos que buscan el ayudarlos a superar su situación, oremos…

v Te pedimos por toda nuestra comunidad, para que con el testimonio de nuestras vidas seamos portadores del mensaje cristiano, mensaje de la esperanza, del amor y del perdón, oremos…

CELEBRANTE:

Padre nuestro, te pedimos escuches favorablemente nuestras súplicas, que hemos puesto en tus manos con la confianza en las mismas palabra de Jesús, que nos ha dicho que si dos o tres nos unimos para pedir algo, tú nos lo concederás, por eso te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ahora, junto con el pan y el vino, nos ofreceos nosotros mismos al Padre, en un ferviente deseo de servirlo a Él, a su Iglesia y a todos nuestros hermanos.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con firme fe en la presencia salvadora de Dios entre nosotros, démosle gracias y pidámosle la ayuda del Espíritu de Amor que habita en nosotros, para renovar nuestras vidas.

COMUNIÓN:

“El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos de un mismo pan y bebemos del mismo cáliz”. Entremos ahora, realmente en comunión con Cristo y con cada uno de nuestros hermanos.

DESPEDIDA:

No habría Iglesia sin Comunidad; y no habría Comunidad sin Eucaristía. La Eucaristía en comunidad es la auténtica celebración del Domingo, el Día del Señor, el día de la unión de los verdaderos cristianos, de los que no podrían vivir sin reunirse con los hermanos a celebrar la Eucaristía, más allá de cualquier precepto.

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