26 julio 2014

Comentario al Evangelio de hoy, 26 julio

Fernando González

Queridos amigos:
La Palabra de hoy nos invita a revisar nuestra autenticidad. A través del profeta Jeremías Dios nos hace ver que no tiene mucho sentido nuestro culto si no viene acompañado de una vida comprometida por la justicia y realmente centrada en Dios. Esto, que a todos nos parece tan evidente, no es tan sencillo en el día a día.
En medio de una sociedad cada vez más secularizada, van surgiendo pequeños Baales, que nos van atrapando casi sin darnos cuentay a los que seguimos con una fe ciega. Podemos citar varios de ellos:

el consumo: no tenemos más que ver lo concurridas que están las grandes superficies comerciales que llenan nuestras ciudades. Consumimos moda, consumimos ocio (si no salimos de vacaciones parece que no descansamos),...
el cuidado de nuestra imagen: cuidamos nuestra dieta no tanto por salud sino por estética, sudamos la gota gorda en los gimnasios para mantener un cuerpo escultural, arriesgamos nuestra vida en operaciones que nos proporcionen un cuerpo a nuestro propio gusto, ...
el tener: trabajamos incansablemente para tener un hogar confortable en el que vivir a diario y otro para las vacaciones, hemos convertido el coche en un artículo de primera necesidad, nuestros hogares están llenos de los últimos avances tecnológicos,...
Aunque somos conscientes del poder que estos diosecillos tienen sobre nosotros, nos resulta difícil saber dónde está el límite, hasta dónde hay que decir que sí y a partir de dónde hay que decir que no.
Al igual que en el Evangelio, a veces nos sentimos tentados a arrancar la cizaña, a quitar de un plumazo todo lo que puede ser motivo de tentación. Sin embargo, la respuesta de Jesús no es ésa: Dejad que crezcan juntos ambos hasta el tiempo de la siega. De alguna manera, nos invita a ser maduros, a ejercitar el discernimiento, a saber hacer un uso correcto de las cosas, aprovechando las bondades que nos ofrecen, pero no cayendo en sus garras.
El vivir desde esta clave creo que puede ser una forma de dar testimonio en los ambientes en los que nos movemos.

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