17 marzo 2014

Reflexión: Sed compasivos como vuestro Padre

LECTURA DEL DÍA
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo; no juzguéis a nadie y Dios no os juzgará a vosotros; no condenéis a nadie y Dios no os condenará; perdonad y Dios os perdonará; dad a otros y Dios os dará a vosotros: llenará vuestra bolsa con una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Dios os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás”.

Lc 6, 36-38
REFLEXIÓN
El perdón cristiano brota de una experiencia religiosa. El cristiano perdona porque se siente perdonado por Dios. Toda otra motivación es secundaria. Perdona quien sabe que vive del perdón de Dios. Esa es la fuente última “Perdonaos mutuamente como Dios os ha perdonado en Cristo” (Efesios 4, 32).
Olvidar esto es hablar de otra cosa muy diferente del perdón evangélico. Por eso el perdón cristiano no es un acto de justicia. No se le puede exigir a nadie como un deber social. Jurídicamente el perdón no existe. El código penal ignora el verbo “perdonar“. El gesto sorprendente y muchas veces heroico del perdón nace de un amor gratuito. No depende de condiciones previas. No exige nada, ni reclama nada. Si se perdona es por amor. Hablar de requisitos para perdonar es introducir el planteamiento de otra cosa.
En el Evangelio se invita a perdonar “hasta setenta veces siete”, a perdonar incluso a quien no muestra arrepentimiento alguno, inspirados en el mismo Jesús, que, en el momento en que está siendo crucificado, pide a Dios: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34).
Nadie se ha de engañar. Perdonar no es fácil. Es mejor confesarlo así. Todo menos manipular el discurso del perdón para exigir a otros responsabilidades o para defender cada uno nuestra propia posición.
CANCIÓN
Los favoritos de Dios
Los favoritos de Dios no tienen nada,
los preferidos del Padre nada son,
y yo pensando en ser alguien
y en mil bobadas,
mientras hay quienes mueren de dolor.
Los elegidos del Reino son los pobres,
los que malviven sin otra ocupación,
la de seguir vivos que ya es bastante
cuando les han robado la ilusión,
la de seguir vivos que ya es bastante
cuando les han robado la ilusión.
Un poco de tu pan, un poco de tu vino,
un poco de esperanza para el corazón.
Un poco de tu luz, un poco de tu espíritu,
para aquellos que sueñan
con la salvación.
Los favoritos de Dios son los pequeños,
los que merecen su máxima atención,
son putas y borrachos,
presos, drogatas,
que son los que precisan más amor.
Un poco de tu pan, un poco de tu vino...
...para aquellos que sueñan
con la salvación.
Un poco de tu pan, un poco de tu vino...
...para aquellos que sueñan,
para aquellos que sueñan,
para aquellos que sueñan
con la salvación.
Luis Guitarra

ENTRA EN TU INTERIOR
Trata de caer en la cuenta de los verbos que se nos proponen en el evangelio de hoy: ser compasivos, no juzgar, no condenar, perdonar, dar. ¿Es útil plantear la vida desde estas claves? Conjuguemos estos verbos en pasiva y examinemos los sentimientos que provocan en nosotros y nosotras: ser compadecidos, no ser juzgadas, no ser condenados, ser perdonadas, recibir. ¿Qué? ¿Hay alguna utilidad?
Ahí tenemos un buen examen de conciencia para ponernos en línea con los caminos de Dios y con el estilo de Jesús. Es un examen que duele. Piensa y ora...
ORACIÓN FINAL
Señor, no dejes que me convierta en víctima del orgullo cuando triunfo, o de la decepción cuando fracaso. Señor, hazme comprender que el estar dispuesto a perdonar es uno de los mayores signos de fuerza; y que el deseo de venganza es una de las manifestaciones de la debilidad. Amén.

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