03 marzo 2014

Orar con el Evangelio, 1º Domingo de Cuaresma

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA A

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
    "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
    "Ayúdame a sentir tu cercanía",
    "Quiero estar contigo, Jesús".


2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 4, 1‑11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre.
Y el tentador se le acercó y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.
Pero él le contestó diciendo:
—Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Entonces el diablo lo lleva a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
—Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti y te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con las piedras.
Jesús le dijo:
—También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y mostrándole todos los reinos del mundo y su esplendor le dijo:
—Todo esto te daré si te postras y me adoras.
Entonces le dijo Jesús:
—Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto.
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
        
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? Pueden ayudar estas ideas:

            Jesús, después de la experiencia del Bautismo en el Jordán, lleno del Espíritu Santo, se deja guiar por Él. Y sorprendentemente, el Espíritu lo lleva al desierto, donde Jesús se encuentra consigo mismo, sin ningún privilegio, con la profundidad de su ser humano, y vive la tentación. El Espíritu no le hace esquivar las tentaciones, le da fuerza para superarlas.

            Las tres tentaciones de Jesús, buscar soluciones mágicas a las necesidades básicas, el poder, y el éxito, sintetizan todas las tentaciones de la persona humana.

            Las tentaciones no son algo que se pase una vez en la vida sino una realidad continua en nuestra existencia. Cristiano no es el que no tiene tentaciones, o vive como si no las tuviera, sino el que siguiendo el ejemplo de Jesús las descubre en toda su profundidad y las combate y supera cada día con la fuerza del Espíritu.

            ¿Cuáles son las tentaciones más frecuentes en mi vida? ¿cómo me enfrento a ellas? ¿me siento acompañado por Jesús y por los que con su fuerza las han vencido?

            Hoy al rezar el Padre Nuestro podemos pararnos en la frase: “No nos dejes caer en la tentación”

4. Termino la oración
   Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
    Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio.
    Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración.

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