Querido amigo/a:
¡Qué astuto el administrador de la parábola! ¿Verdad? Si esta inteligencia se pusiera siempre al servicio del bien… Jesús no alaba tanto las artimañas del administrador que para evitar ser justamente despedido por haber malgastado los bienes, se le ocurre cobrar un importe menor a los acreedores de su amo para que al menos paguen parte de la deuda y así contentarle. En medio de la corrupción política y financiera que vivimos en bastantes latitudes del planeta, el evangelio de hoy no alaba esta actitud ni mucho menos. Jesús pone el ejemplo de la astucia, no de la malversación de los bienes. Y esta astucia es necesaria para ser creativos e inteligentes para las cosas del Reino, pues aunque es cierto que el Reino es de los humildes y sencillos, esto no significa que deba construirse en medio de la sociedad con ingenuidad.
Esta astucia o inteligencia es muy necesaria en la tarea evangelizadora. Son necesarios nuevos lenguajes para llevar la Palabra de Dios manteniendo toda su fuerza, especialmente en los medios de comunicación social y en las tecnologías de la información y comunicación; son necesarias pastorales que manteniendo el anuncio, el kerigma, sean más experienciales, más narrativas y simbólicas; son necesarias más y mejores estrategias de trabajo, de misión compartida entres los distintos estados de vida que formamos la Iglesia; y, por supuesto, es necesaria más fuerza, más orto-praxis, más coherencia personal de los que somos creyentes, más acercamiento entre las distintas iglesias cristianas…, ¡son necesarias tantas cosas! Un poco más de astucia y creatividad no nos viene mal.
¿Qué te parece que es más necesario? ¿Qué estrategia podríamos seguir para conseguirlo?
Vuestro hermano en la fe.
Juan Lozano, cmf.
Juan Lozano, cmf.
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