09 octubre 2015

Lunes 12, Fiesta del Pilar: Guión Litúrgico 1



12 DE OCTUBRE DE 2015
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio
R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Bendita y alabada sea la hora, en que María Santísima, vino en carne mortal a Zaragoza, a Zaragoza.  Por siempre sea, por siempre sea, bendita y alabada.

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

ORACIÓN COLECTA.
LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del primer libro de las Crónicas. 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2.

En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas.
Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor.

David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonases cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos.
Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado.  Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
                                     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 26.   
Antífona: El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?  El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. 

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo.

Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca.

SEGUNDA LECTURA.
Lectura de los Hechos de los apóstoles  1, 12-14.

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado.  Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
                        PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Afianzó mis pies sobre roca, me puso en la boca un cántico nuevo.

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 27-28.

En aquél tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»
Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Bendito seas, Señor, por este pan y este vino que generoso nos diste para caminar contigo, y serán para nosotros alimento en el camino.

Te ofrecemos el trabajo, las penas y la alegría, el pan que nos alimenta y el afán de cada día.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Madre De los creyentes que siempre fuiste fiel.  Danos tu confianza, danos tu fe.  Danos tu confianza, danos tu fe.

Pasaste por el mundo en medio de tinieblas sufriendo a cada paso la noche de la fe.  Sintiendo cada día la espada del silencio a oscuras padeciste el riesgo de creer.

La fe por el desierto a lomos de un asnillo, la fe cuando en las bodas Jesús se hizo esperar, la fe cuando pensaban que el hijo estaba loco, la fe cuando el calvario al borde de acabar.

Guardaste bajo llave las dudas y batallas, formándose el misterio al pie del corazón.  Debajo de tu pecho de amor inagotable, la historia se escribía de nuestra redención.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Gracias, Señor, por tu presencia continuada en medio de nosotros y por tu presencia real en nuestro corazón, al haberte recibido en esta comunión.

Gracias, por María, tu Madre y nuestra Madre, columna fuerte que afianza nuestra fe y alienta nuestra esperanza.

Gracias, porque a través de ella nos descubres la grandeza de lo pequeño, de lo humilde, del silencio, de la oración, de la disponibilidad, de la entrega generosa.

Madre, bajo tu amparo nos acogemos y a tu Pilar nos abrazamos.  Acompaña nuestro caminar, ayúdanos a ser constantes en el amor y llévanos hacia tu Hijo.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

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