Venimos ante ti, Señor, como el ciego del camino. Ábrenos los ojos para mirar a tantos hombres y mujeres, entre nosotros y más allá de nuestras fronteras, que necesitan ayuda:
ABRE NUESTROS OJOS, SEÑOR.
• Señor Jesús, en el Evangelio, has abierto los ojos del ciego Bartimeo, le has sacado de su marginación y le has llamado a seguirte. Concédenos de reconocer nuestras situaciones de vida y seguirte hasta la Pasión. Oremos.
• Te pedimos también por todos aquellos que no conocen tu luz, y que no han comprendido que tú eres amor. Haz que puedan acercarse a todas las víctimas de las injusticias y a todas las personas que la sociedad rechaza. Oremos.
• Señor, son muchos los ciegos de corazón que quieren regir las relaciones del mundo y de la Humanidad. Te pedimos que tu fuerza cambie sus corazones y se muevan con más compasión. Oremos.
• Te rogamos, Señor, por cada uno de nosotros aquí presentes: Danos la gracia de dejar todo aquello que nos encierra en nosotros mismos y que nos dejemos iluminar por tu Palabra para que tu vida nos penetre. Te lo suplicamos con la Fe que curó a Bartimeo. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y danos tu Espíritu y tu fortaleza para seguirte también nosotros por tus caminos.
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