21 septiembre 2018

Qué me quiere decir Jesús el domingo 23 de septiembre

Jesús se ha dado cuenta que entre sus discípulos ha empezado a aparecer la soberbia y el egoísmo. Esos pecados que nos hacen sentirnos superiores a los demás, y querer ser el centro de todo, los más importantes, a quienes todos atiendan. Y una vez más Jesús les hace ver que Dios no piensa como nosotros. Para él, el más importante, no es al que todos sirven sino el que más sirve a los demás, el que se pone al final, el humilde.
Y para muestra de humildad, pone a un niño y agrega que, quienes reciben a los que son humildes como niños, lo reciben a Él y a su Padre.
Ser humildes significa valorar nuestras cualidades, pero también reconocer nuestros defectos y las cualidades de los demás. Significa tener presente que todos somos igualmente valiosos por el hecho de ser hijos de Dios.
Cuando somos humildes, reconocemos que necesitamos de los demás, como ellos de nosotros. Que lo que Dios nos dio, nos lo dio para servicio de nosotros y de los que nos rodean, que somos enviados de Dios para servir y salvar a otros.
Jesús, a pesar de ser el mismo Dios, vivió en la tierra con humildad.
¿Cómo puedo buscar servir a los demás con humildad, en casa, en la calle, en la escuela, en la iglesia…?

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