22 septiembre 2018

Domingo 25 Ciclo B (23 de septiembre 2018) ENTENDER A JESÚS

Los apóstoles también discutían. Si bien parece que procuraban no hacerlo en presencia de Jesús. En ésta ocasión, mientras caminaban, formaban dos grupos. En uno de ellos Jesús iba hablando de los acontecimientos en relación con su vida y que tendrían lugar en Jerusalén poco tiempo después. Jesús observó que hablaban de distintos asuntos. Jesús iba desgranando detalladamente sobre cómo serían sus futuros días u horas. “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de la autoridad y lo matarán, y, después de muerto, a los tres días resucitará”.
En el segundo grupo, del cual no formaba parte Jesús, se enzarzó discutiendo “quién era el más importante” y, quienes ocuparían los puestos más codiciados en el futuro Reino que el Maestro esperaban que fundase. Finalizado el recorrido, Jesús se sentó, llamó a los DOCE y les dijo: ”Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” . Y aquí Jesús tuvo un gesto apabullante: Llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mi” .

Al leer los textos bíblicos de este domingo, me imaginaba estar leyendo las noticias de la primera página de cualquier diario o periódico de nuestras ciudades. El apóstol Santiago nos recuerda en su carta que “donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.” Que no nos equivoquemos, “los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia”. No se limitan a hablar.

Volviendo al gesto de Jesús, me recuerda la lista de los abusos sexuales cometidos por personas consagradas y no consagradasPero, sobre todo por las consagradas, destinadas a actuar como pastores fieles y, sin embargo ejercen de zorras, de lobos devoradores.Ciertamente se han escrito páginas tristes respecto a vidas infantiles.

Dando un salto o cambiando de tema, dice el evangelio de hoy que los oyentes no le entendían. Es que el camino de Jesús es distinto al nuestro. ¿Pero cuál es el correcto, el bueno, el válido?. 
El evangelista apunta, subraya y denuncia la envidia, el afán de poderEs lo que observamos en muchos de nuestros dirigentes o en muchos que aspiran a serlo.

Sin rebajar una pizca la gravedad de los abusos sexuales, quizá sea útil anotar la diferencia con la que se trata hoy al niño y cómo se le trataba en tiempos de Jesús.Entonces el niño, en general, y hoy en muchos sectores y regiones del mundo es objeto de abusos por ser el más débil, el más frágil, el más vulnerable. En zonas extensas, especialmente en países pobres o empobrecidos, niños y niñas son víctimas del comercio más inhumano, empezando en algunos casos por sus padres y por sus hermanosAhí están, como muestra, los niños- soldados y las niñas- esclavas sexuales.
Otra minoría goza de todos los medios que uno se puede imaginar respecto a la educación. Y por fin se hace notar una minoría que no conoce el mínimo respeto, incordiantes, rebeldes sin causa y no practican los modales ni los valores más elementales. “Educar en valores” es la puerta que se nos abra en este mundo delicado y amplísimo de la educación (del verbo “educere”: sacar a la luz lo mejor de cada uno).¿Cómo y en qué valores?. He ahí la pregunta que algunos han acertado en la respuesta.
Podemos finalizar con un interrogante: ¿De qué tema o asuntos hablamos en nuestras conversaciones? ¿Cuáles son nuestros valores?
 JOSETXU CANIBE

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