22 septiembre 2018

Comentario al domingo 23 de septiembre


Pedro Heredia Martínez

“Yo dormía y soñé que la vida era alegría.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Serví y vi que el servicio era alegría.”
(Rabindranath Tagore).


1.- En el evangelio del domingo anterior veíamos a Pedro queriendo convencer a Jesús de que su mesianismo debía de ser un mesianismo político; por eso se mereció el reproche de Jesús: “Retírate, satanás” (Mc.8,33).
- Pero los demás discípulos parece que no aprendieron la lección y siguieron, como vemos en el evangelio de hoy, con la idea de que Jesús era el rey soñado por el pueblo, un mesías político.
Por eso no entendieron lo que Jesús les iba hablando por el camino de que le iban a enjuiciar, ser perseguido y a crucificar (Mc.9,31-32).
- Lo que a los discípulos les importaba, era ir tomando posiciones en el poder (Mc.9,34). Con razón decía el filósofo alemán Nietzsche: 
“El mundo se está quedo; 
a la noche sigue el día:
Si el yo quiero suena bien,
el yo puedo mejor todavía.”

2.- Hoy, como ayer, los hombres seguimos buscando y peleando en el mundo por lo mismo que los discípulos peleaban: El poder, no por lo que Jesús luchaba.
- Nosotros, como los discípulos de Jesús, vamos por caminos muy distintos:
+ Seguimos pensando en la llegada de mesías políticos y en paraísos terrenales.
+ Seguimos soñando en alcanzar puestos de poder como trampolín que nos asegure un buen futuro. 
+ Seguimos pensando en ese puesto que rinde, aunque nosotros seamos incapaces para rendir en él. 

+ Seguimos ambicionando el dios dinero, como la panacea que todo lo arregla y quita todos los problemas.
+ Seguimos construyendo un mundo de competencia desleal sin importarnos a quien destruimos. 
+ Seguimos pensando sólo en nuestro yo, mientras cada vez nos vamos atrofiando más para poder pensar en servir a los otros.
- Esta es la dolorosa realidad que tuvo que enfrentar Jesús con sus discípulos y a la que sigue enfrentándose también hoy con nosotros. 
Como decía el poeta estadounidense Emerson: “Los hombres, tal como son, se inclinan por naturaleza a ir en pos del dinero o del poder, y del poder porque vale tanto como el dinero.”

3.- como ayer con sus discípulos, Jesús nos enseña a tener valores totalmente distintos. Para Jesús lo importante es:
+ La lealtad y la fidelidad, aunque conlleven cruz (Mc. 9,31).
+ El servicio al otro sin interés alguno de recompensa (Mc.9,35).
+ La sencillez, propia de los niños, por encima del orgullo tonto de los mayores (Mc.9,37).
+ Pensar en beneficio del otro y no encerrarnos en nuestro egoísmo. 
- Lo que engrandece a una persona, no es su ambición desmedida, sino la belleza de su sencillez.
- Lo que vale una persona, no se mide por su poder ni por su dinero, sino por su capacidad de entrega al servicio de los demás, como le dijo Jesús a sus discípulos: “El que quiera ser el primero, que se haga el últimos y el servidor de todos” (Mc.9,35).
Por eso decía el poeta bengalí Rabindranath Tagore:
“Yo dormía y soñé que la vida era alegría.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Serví y vi que el servicio era alegría.”
En la tumba del padre del teólogo sudamericano Leonardo Boff sus hijos le pusieron una frase que en vida solía decir mucho su difunto padre: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir” 
- Este el resumen del evangelio de hoy. Lo nuestro no es el poder ni el dinero. ¡LO NUESTRO ES SERVIR!: “Quien no vive para servir, aunque le cueste cruz, no sirve para vivir” 

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