A Cristo, que nos invita hoy una vez más a no olvidar a nuestros hermanos necesitados, dirijamos nuestra oración:
- Por toda la iglesia, que nos recuerde siempre el valor de la solidaridad fraterna, saliendo de nosotros mismos en favor de quienes más nos necesitan
- Por nuestro Papa Francisco, para que el Señor le sostenga en su misión y nos siga animando a ocuparnos de los más desfavorecidos como exigencia de nuestra fe.
- Por todas las personas que carecen muchas veces de lo más necesario para vivir y sin embargo están siempre pendientes de los demás, para que sean sostenidos y ayudados en esta actitud tan generosa.
- Por las personas enfermas de nuestras familias y comunidades, para que en su debilidad de sientan sostenidas por Dios a través de nuestros gestos y actitudes con ellas.
- Por todos los que estamos participando en esta eucaristía, para que mantengamos viva nuestra generosidad para compartir con lo poco o mucho que tengamos.
Escucha, Padre, nuestra oración y no permitas que nuestro corazón se endurezca sino que sea sensible a quienes nos necesitan. Te lo pedimos por tu Hijo Jesús, amén.
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