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06 noviembre 2015

Domingo 8 noviembre: Comentario Domingo XXXII Tiempo Ordinario

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Oración
Señor y Hermano Jesús:
Tú dijiste que “tu Padre nos enviaría en tu nombre el Espíritu Santo y que Él nos recordaría lo que nos enseñaste y nos los explicaría todo”.
Tú conoces la pobreza y la aridez de nuestro corazón. Te pedimos que tu Espíritu nos lo refresque, nos lo ilumine, nos haga entender tu Evangelio.
Nos lleve sobre todo a fiarnos de Ti y de tu Padre, a seguirte en fe confiada y amorosa, y a poner nuestro grano de arena para construir paz y vida en nuestro entorno. AMEN, ASI SEA.
Mc 12, 38-44
«38Y decía en su enseñanza: “Guardaos de los escribas, que gustan pasear con ropajes y ser saludados en las plazas; 39y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; 40los que devoran las casas de las viudas y lo disimulan con largas oraciones. Éstos recibirán una condena más abundante”.
41Y, sentándose frente al arca del Tesoro, miraba cómo la muchedumbre echaba dinero en el arca del Tesoro. Y muchos ricos echaban mucho. 42Y llegando una viuda pobre echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte de as.

43Y llamando a sus discípulos, les dijo: “En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. 44Porque todos han echado de lo que les sobraba pero ésta ha echado, de lo que necesitaba, todo lo que tenía, todo lo de su vida”».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
En el evangelio de hoy llegamos al final de la larga instrucción (enseñanza, v. 38) de Jesús a los discípulos. Desde la primera curación del ciego de Betsaida (Mc 8,22-26) hasta la curación del ciego Bartimeo en Jericó (10,46-52), los discípulos han caminado con Jesús hacia Jerusalén, recibiendo de él muchas instrucciones sobre la pasión, muerte y resurrección, y las consecuencias para la vida del discípulo. Al llegar a Jerusalén (11,1), los discípulos están presentes en el incidente de Jesús en el Templo (11,15-19), y en sus fuertes controversias con los sumos sacerdotes y con los escribas (11,27-12,12), con los fariseos, los herodianos y los saduceos (12,13-27), con los doctores de la ley (12,28-37). Ahora, en nuestro texto, aparece una durísima crítica contra los escribas, y otra enseñanza de Jesús a los discípulos. Tras este texto, comenzará el discurso escatológico (cap. 13) y el inicio de la pasión y muerte de Jesús. Algo de definitivo acompaña a este evangelio de hoy, que antecede a dos finales (de la historia humana -discurso escatológico- y de Jesús -la pasión-).

TEXTO
Consta de dos pequeñas perícopas: (1) Vv. 38-40: instrucción de Jesús a cuenta de los escribas (los dos términos, ‘enseñanza’ y ‘escribas’ hacen inclusión con 11,18. Jesús llama la atención de los discípulos sobre el comportamiento hipócrita y prepotente de los doctores de la ley, descritos con 5 acciones que son el ‘contramodelo’ discipular. Jesús termina advirtiendo lo que espera a un estilo tal: una condena más abundante (rigurosa). (2) Vv. 41-42: instrucción de Jesús a cuenta de la viuda pobre: sus dos leptas (monedas de calderilla de cobre que equivale a 0,025 denarios) valen más que lo mucho dejado por los ricos. Para los discípulos, lo mucho era más útil para la caridad que esa calderilla de la viuda (cf. episodio de la multiplicación de los panes: 6,37). Pero Jesús tiene criterios diferentes. El gesto de la viuda es el ‘modelo’ discipular y enseña dónde los discípulos, aquéllos y nosotros, debemos procurar ver la manifestación de la voluntad de Dios: en los pobres y en el compartir de lo necesario.

ELEMENTOS A DESTACAR
• Leído en conjunto, el texto nos ofrece un camino equivocado y otro acertado para realizar la voluntad de Dios Padre, para seguir a Jesús en el camino del discipulado. El equivocado nos lo proporciona el personaje de los ‘escribas’, que tienen una amplia y negativa presencia en los capp. 11- 12. Su dedicación a la Ley de Dios les llevaba a una posición de superioridad respecto a los demás, y a una oposición feroz a la imagen de Dios desvelada por Jesús. El acertado lo brinda un modelo ‘tipo’ de pobre en el mundo bíblico: un viuda (‘pobre’ es casi una redundancia). La abundancia en la descripción de los primeros contrasta con la sobriedad de la segunda: la ‘cantidad’ y la ‘calidad’ tienen una perspectiva diversa a los ojos de Jesús.
• La limosna era muy importante en el mundo judío. Era una ‘buena obra’ necesaria para el verdadero cumplimiento de la religión (cf. Dt 15,11; Mt 6,2-4). Así se reconocía que todos los bienes son de Dios y que nosotros somos simples administradores. El compartir y la solidaridad era una característica básica de las primeras comunidades cristianas (cf. Hch 2,44-45; 4,34-35). Vale cualquier limosna; pero Jesús privilegia la de la viuda, que compartió todo lo que tenía, lo necesario para vivir.
• Notemos los dos pares de modelos de identificación: en el conjunto de este evangelio, escribas // viuda pobre; en la segunda unidad textual, todos echan parte // una echa todo. De los dos modelos, debemos optar por uno: ¿cuál nos estimula más? ¿cómo adoptarlo?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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