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02 diciembre 2012

La corona de Adviento



El anillo o corona de ramas de árbol perenne decorado con velas era un símbolo en el norte de Europa mucho antes de la llegada del cristianismo que, al igual que otras tradiciones acabó siendo interado en su simbología. El círculo es un símbolo universal relacionado con el ciclo ininterrumpido de las estaciones, mientras que las hojas perennes y las velas encendidas significan la persistencia de la vida en mitad del duro y oscuro invierno. Algunas fuentes sugieren que la corona, reinterpretada como un símbolo cristiano, era de uso común en la Edad Media, mientras que otras consideran que no se estableció como tradición cristiana hasta el siglo XVI en Alemania. El uso como calendario previo al día de Navidad se atribuye ampliamente a Johann Hinrich Wichern (1808-1881), un pastor protestante alemán, pionero en el trabajo misionario entre los pobres de las ciudades. Era 1839, y los niños de una escuela que Wichern había fundado preguntaban a diario si el día de Navidad había llegado. El pastor construyó un anillo de madera, hecho con una vieja rueda de carreta, con diecinueve velas rojas pequeñas y cuatro velones blancos. Encendieron una vela pequeña cada día de la semana durante el adviento, y los domingos, una de las cuatro velas grandes.
Encendemos la primera vela
A lo largo de los cuatro domingos de Adviento podemos construir, como se suele, la Corona de Adviento. Procuraremos hacerla dejando un espacio bastante grande en el centro, de modo que, domingo a domingo, podamos ir colocando, en su centro, diversos elementos del "misterio" del belén.
En este primer domingo colocaremos diferentes  ESTRELLITAS pequeñas, recortadas en cartulina dorada, esparcidas entre las ramas de la Corona. En medio de la noche, las estrellas anuncian la llegada de Jesús, el liberador y nos ponen en guardia para estar despiertos y con la lámpara encendida. La vela de este domingo será de colorMORADO.
Encendemos, Señor esta luz,
como aquél que enciende su lámpara
para salir, en la noche
al encuentro del amigo que ya viene.
en esta primera semana del Adviento
queremos levantarnos
para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
Fuente: Alforjas de Pastoral

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