05 mayo 2016

La Ascensión del Señor: Comentario

Resultado de imagen de ascensión del señor
Oración
Señor y Hermano nuestro Jesús, por haberte rebajado hasta la muerte por nosotros, tu Padre te exaltó y te dio su misma gloria y poder junto a Sí:
  • tú destino es nuestro destino, tu gloria será nuestra gloria,
  • haz que, creyendo en Ti, vivamos siempre en la esperanza en medio de todos los aprietos de la vida,
  • y si tú quieres, seamos testigos tuyos en el mundo, comunicando a los hombres y mujeres de hoy todo lo que nos aportas de vida, de perdón, de confianza.

Lc 24, 46-53
«46Y les dijo: “Así está escrito: que el Mesías debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día 47y que se proclamaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
48Vosotros sois testigos de estas cosas.
49Y he aquí que yo envío la Promesa de mi Padre sobre vosotros. Pero vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto’.
50Y los sacó fuera hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52Y ellos, después de postrarse ante él, volvieron a Jerusalén con gran alegría. 53Y estaban siempre en el Templo, bendiciendo a Dios».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
No se entiende bien que se corten los versículos 44-45, que forman la primera parte del discurso final de Jesús en Lucas: “Éstas son aquellas palabras mías que os dije cuando todavía estaba con vosotros: es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí. Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras” (cf. v. 25: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!). Estamos en el final del evangelio lucano. Jesús resucitado se ha aparecido a los de Emaús, luego a todo el grupo de discípulos. Ahora da las últimas instrucciones, con las que empieza la segunda parte de la obra de Lucas (cf. Hch 1,1-5). Comienza el tiempo de los discípulos, de la Iglesia (frase central de la primera unidad textual: vosotros sois testigos).

TEXTO
El evangelio de hoy tiene dos partes. La primera (vv. 46-49) recoge las últimas palabras de Jesús en el evangelio. Se puede estructurar, a su vez, en tres: a) las referencias a la Escritura sobre el destino del Mesías y la nueva encomienda (v. 46-47); b) la interpelación de ser testigos (v. 48), don y responsabilidad; c) la promesa del envío del Espíritu Santo (Promesa, Poder [dynamis, el modo salvífico de proceder de Jesús]) (v. 49). La segunda parte (vv. 50-53) relata la ascensión de Jesús y acciones características suyas, y la reacción de los discípulos. Aparecen algunos elementos típicos del evangelio lucano (Bendición, Alegría, Templo).

ELEMENTOS A DESTACAR
• Comprender las Escrituras implica la misión de proclamar su Buena Noticia a todos. El texto nos interroga sobre nuestra complicidad en esta misión evangelizadora. evangelizamos? ¿Cómo, cuándo, a quién?
• Fuerte implicación a los discípulos, ahora a nosotros: vosotros sois testigos. El texto nos interroga sobre nuestra experiencia real de testigos. ¿De qué? ¿Ante quién? Ya lo hemos dicho: ser testigos implica una doble faceta, de don de Dios y de responsabilidad nuestra.
• Dinamismo activo de Dios trinitario: ahora el Espíritu Santo es promesa (= ser revestidos por Dios de poder [dynamis], es decir, de lo que caracterizaba el actuar de Jesús). El Espíritu que animaba a Jesús es el que se nos ofrece como próximo don para que sea el que anime a los seguidores de Jesús.
• Una “gran alegría” caracteriza a los discípulos después de recibir la bendición de Jesús: ¿cómo expresar hoy esa gran alegría, expresión de la presencia de Jesús en nuestras vidas, en medio de tantos problemas y circunstancias difíciles?
• El v. 53 es un tanto ambiguo. Así termina el evangelio, creando una inclusión con el inicio (cf. 1,5ss), pero atención al v. 47 y al comienzo de Hechos. No siempre se vive “en alabanza a Dios” con la necesaria armonía entre “el Templo de Jerusalén” y “la proclamación a todos los pueblos” (o somos maestros en “nadar y guardar la ropa”).

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario