05 octubre 2015

Liturgia, 5 octubre


¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?
(Año I. Jon 1,1 - 2,1.11;  Lc 10,25-37))

Introducción
    Año I. El libro de Jonás no es un libro profético, sino más bien humorístico, didáctico. De forma irónica enseña un sorprendente universalismo:  Dios quiere que también los paganos se conviertan. Quizás también enseña a los profetas a aceptar su misión y a no rechazar el buscar la conversión, incluso de los pecadores a quienes quizás desprecien.  –  Como Jonás, nosotros también huimos de las responsabilidades de nuestra misión  -todos los cristianos tenemos una misión-  a llevar la salvación a la gente, dondequiera que ésta esté, porque nos falta el valor requerido para la entrega y el compromiso. Este compromiso es una misión de amor, incluso hacia gente desconocida y extraña.
    Evangelio.  Según una vieja historia judía, un padre le dice a su hijo pequeño: “Creo que Dios creó al hombre y a la mujer porque le gusta contar historias,  y quería a alguien que las pudiera contar también.”  --- Tenemos a Jesús con nosotros hoy para contarnos la historia inmortal del Buen Samaritano. ¿Quién es mi prójimo? Cualquiera que me necesite. Sea quien sea. Y   “anda y haz tú lo mismo.”

Oración Colecta

Oh Dios y Padre nuestro:
Por medio de signos y de historias 
Jesús nos dejó claro 
que el amor hacia ti y hacia nuestro prójimo
es el corazón de la vida cristiana.
Déjanoslo claro y obvio de verdad a nosotros también:  
que entendamos de una vez para siempre
que cualquier persona en necesidad es nuestro prójimo
y que, sirviendo a los que nos rodean,
te amamos y te servimos a ti,
Dios nuestro que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.


Intenciones

  • Por todos los ministros consagrados de la Iglesia, para que proclamen fielmente la palabra y la ley de Dios, y al mismo tiempo caminen por los caminos de Dios, que son: compasión y amor sin medida, roguemos al Señor.
  • Por todos los que se encuentran trágicamente  tumbados y heridos en el camino de la vida, para que encuentren buenos samaritanos que les asistan para restaurar su fe en la vida y su confianza en la gente, roguemos al Señor.
  • Por todos los que han sido buenos prójimos para con nosotros, para que el Dios de bondad  se lo premie generosamente, roguemos al Señor.


Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:
En estos signos de pan y vino
tu Hijo Jesucristo nos cuenta la historia
de cómo ha entregado su vida por nosotros,
de cómo ha sido para nosotros el mejor samaritano.
En el momento de la consagración
entréganos a tu Hijo
para que comparta con nosotros su fuerza,  
de tal modo que sepamos hacer lo que él hizo:
entregar nuestra vida por todos
y así vivamos con él en tu amor 
por los siglos de los siglos.


Oración después de la Comunión

Oh Dios y Padre nuestro:
Te damos gracias por Jesús, tu Hijo entre nosotros.
Que,  como él, podamos contar 
con nuestra conducta cristiana
la vieja historia, siempre nueva,
de cómo quieres preocuparte a través de nosotros
de cada persona en necesidad.
Oh Dios, vive en nosotros,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.


Bendición
Hermanos: Hemos oído cómo Jesús quiere hacernos a todos buenos samaritanos, gente que tiene tiempo y atención, compasión y amor, para todos los que viven en necesidad. Nuestro prójimo es cualquier persona que nos necesite. 
Que el Dios amoroso y todopoderoso les bendiga a todos ustedes, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

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