Inicial.
Como colofón a nuestras fiestas, al igual que corona el retablo de nuestro altar, celebramos hoy la fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo.
En esta fiesta de la Virgen, más que en ninguna otra, María hace que elevemos nuestra mirada y nuestro corazón hacia el cielo. Ella nos dio a Cristo, desde la disponibilidad y sencillez ante los planes de Dios y por ello fue coronada de gloria y esplendor junto a su Hijo, nuestro Salvador.
Que esta Eucaristía reavive nuestra confianza en el Señor y la fe en la resurrección y la gloria futura, porque María criatura de nuestra raza, goza ya de la vida eterna junto a Dios.
Primera Lectura.
El libro del Apocalipsis nos presenta a una mujer que va a dar a luz a un niño, destinado a luchar contra el mal, simbolizado en un dragón. Esa mujer es María, es la Iglesia.
Segunda Lectura.
Cristo ha resucitado. María y todos los que permanecemos unidos a él, resucitaremos con él.
Evangelio.
El encuentro de María con Isabel es un estallido de alegría y esperanza, porque las dos están convencidas de que Dios hace maravillas en la historia.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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